La noche de este jueves, Martín Cárcamo llegó hasta Sarasota, Florida, Estados Unidos, en donde desde hace cuatro años está radicado el ex tenista Marcelo “Chino” Ríos, junto a su familia. El deportista abrió las puertas de su casa para conversar con el animador sobre su pasado y cómo está su vida actual.
En la casa del deportista, Marcelo cuenta que decidió quedarse en Sarasota, y no en otra ciudad de EE.UU, porque “me gustó este lugar y Miami no porque mucho latino. Traté, no sé si de escapar, pero estar más tranquilo”.
“Acá hay mucho chileno entonces era volver a lo mismo, y una de las razones por las que me fui de Chile es que me sentí un poco ahogado en Chile y necesitaba un poco de tranquilidad”. Dice que lo pensó mucho antes de tomar la decisión, y la casa en la que vive es de un amigo que se la arrienda. También cuenta que tiene vecinos famosos: Petr Korda, María Sharapova, Tommy Haas y Angus Young de AC/DC.
Afirmó que trabaja poco. “Trato de disfrutar más tiempo con los niños. Tengo una empresa en Chile, y también estoy metido en unos negocios con unos amigos acá. Pero trato de hacer lo menos posible y trato de hacer más calidad que cantidad”. No coopera en la casa.
Sobre la política, el tenista se define de derecha porque cuando él ha votado le ha tocado elegir “entre Piñera y Guillier, no voy a elegir Guillier si era periodista y los periodistas me caen mal”.
En cuanto a su impasse con Pamela Jiles, el deportista indicó que “es verdad que ella me entrevistó cuando yo era muy chico. Creo que para ‘Informe Especial’. Y ella me dice ‘terminemos la entrevista en la ducha’. Estaba mi mamá. Yo me retracté de lo de la violación, que sonó fuerte, no lo debí haber dicho. Mal. Yo le dije ‘demándame, pero demándame luego porque en marzo voy a estar ocupado’. No le tengo mala a Pamela Jiles. No la conozco para nada, no tengo nada en contra de ella”.
De su vida en el extranjero, Paula Pavic, su señora, habla de que al principio fue una prueba por un año de irse a vivir a Estados Unidos y que “al final se nos hizo nada y fue quedémonos más”. Por su parte, él confiesa que “Me cambió totalmente la vida, acá es tranquilo y nadie me hue**. El hue*** de la gente y si me reconoce alguien es muy amable, te saluda, ¿Cómo estás? o te da la mano… pero ningún autógrafo ni una hue**”. Además, confiesa que “me levanto a las 5 todos los días y me encanta estar solo, tomar desayuno solo de 5 a 7”, y que entrena más de lo que lo hacía antes.
En relación a su primera hija, Constanza, contó que «se vino a vivir a Miami y ahora es partner de la Paula, si es su mejor amiga. Es la gracia. Hubo una noche en que la Cony parece que se curó y en vez de llamar a la mamá, llama a la Paula, y esa hue** me pone contento. La llama a las 4 de la mañana y la Paula atiende con sueño y ¿Qué te pasa? ¿En qué te puedo ayudar? Lo que pasa es que me siento como las hue***, ¿Qué tomo? Toma agua… y se empezaron a cagar de la risa y después se le pasó. Se llevan la raja”.
De su bullado matrimonio con Eugenia Larraín, responde que “lo que yo he dicho siempre es que fue una cuestión de calentura. Mi matrimonio con la Kena nunca existió, no fue un matrimonio… un matrimonio de tres meses no lo cuento como un matrimonio. Fue una etapa en que me sirvió para darme cuenta de que hay relaciones malas y de que hay gente mala también”.
Sobre su actual señora, cuenta que la conoció en Las Urracas. Ella era amiga de una amiga de él. “Estuve dos horas (conversando con la Paula) y la amiga me preguntó si las podía llevar y las llevé. La amiga se sentó adelante y me preguntó si quería entrar. Entonces ahí la Paula pensó que yo quería algo con la amiga y no era así. Y ahí la empecé a conocer hasta que en Viña una vez jugamos a ‘verdad y consecuencia’, y le dije: ‘ya, dame un beso’, me dio un beso y no nos separamos nunca más”.
Paula destaca que “somos dos personas diferentes que lo hemos sabido manejar súper bien porque yo siempre me mantengo tras bambalinas y no hay problema con eso”. Pavic añade que él “dentro de la casa es una persona totalmente diferente” y pone énfasis que “ya al llegar a Chile se empieza a poner corazas en el aeropuerto, entonces es como yo siento ese peso de tener que andar con el Chino Ríos para todos lados. A mí el Chino Ríos no me gusta tanto como Marcelo Ríos. Por eso acá ha sido tan fácil, porque es la misma persona en todos lados. De hecho, acá es mucho más sociable que en cualquier parte, acá habla con todo el mundo, es simpático con todo el mundo… pero es cosa que le digan soy de Chile o escuche un acento chileno y algo le pasa”. “Ustedes me cagaron el día”, agrega Marcelo en esa parte.
Él dice que “desde el primer día le dije a la Paula, ‘mira si vamos a estar juntos, acostúmbrate a esta h***’”. Ya llevan 13 años casados y 15 juntos. Si ha sido un buen matrimonio, Marcelo responde: “Los comparo con los otros y sipo. Lo que pasa es que con la Giuliana no fue malo, pero éramos muy chicos, muy pendejos los dos y no sirvió. El otro no cuenta. Y este sí, bien, bien pero obviamente uno tiene sus altos y bajos, pero habernos venido a vivir acá nos ha servido harto porque estoy yo y ella, no tenemos a nadie más”.