Luciana Echeverría hoy nos deslumbra todas las noches al interpretar el papel de Carmen Marín en «La Poseída» por las pantallas de TVN, un papel que según confesó en entrevista con revista «Caras», la que fue acompañado por una sensual sesión fotográfica en la que la joven de 24 años no solo se desnudó, sino que también dio a conocer su propia visión de vida.
La actriz, que partió su carrera en televisión con «Karkú», dio a conocer pasajes de su vida hasta ahora desconocidos, como su etapa escolar y las razones de por qué no le gusta asistir a eventos sociales, que según ella, hoy están muy de moda.
“Quería ser grande rápido, vivir la vida, me lateaban las cosas de niños. En el colegio lo pasé pésimo, siempre fui objeto de bullying, y ya de adulta —cuando comencé con terapias— vine a saber cuánto me afectó. Me costaba adaptarme a los lugares; independiente de lo que proyecte, soy muy tímida. No me es fácil establecer relaciones, entregarme; me da miedo el rechazo. No voy a eventos sociales, los encuentro falsos; la mayoría de los asistentes tiene ansiedad de demostrar algo. Ahora hay un boom socialité súper fuerte, con marcas que te auspician y visten; ¡no me interesa! Siempre he confiado en el trabajo, mi pega es actuar. Si me llaman de un canal, será por eso, no por la empresa que represento; me daría vergüenza”, declaró a la publicación que salió hoy a la venta.
Además, también contó que nunca fue de carretear ni entregarse a esa etapa donde los jóvenes se descontrolan. “Me salté esa etapa juvenil en que carreteas harto y eres más irresponsable. Tuve que crecer a la fuerza, madurar antes, pagar cuentas, hacerme cargo de mí. Siempre he tenido los pies en la tierra por esa cosa de sobrevivencia, de cuidarme, por eso no sé si me hubiera gustado pasar por el proceso de perderse un tiempo como lo hicieron varios de mi generación. Además, como hace rato me sé manejar sola, no tengo ese estrés juvenil de ¿qué voy a hacer con mi vida?, ¿cómo me voy a sustentar? Adelanté camino, estoy relajada, viviendo sin cuestionarme tanto y pasándolo bien”, aseguró.
Tras protagonizar «Su nombre es Joaquín» el 2012, se fue a vivir a Nueva York y a Barcelona, sin miedo alguno. “Nunca he tenido miedo; quizá por mi historia de vida. ¿Miedo a qué?, si estoy con salud y soy joven, puedo ganarme la vida en lo que sea. Confío en mi filosofía de vida que es trabajar y pulirse; si me guío por las reglas del sistema, ¡estoy frita!, sería igual a los que van a las fiestas a buscar auspiciadores, con un vacío tremendo. No actúo por lo que la sociedad espera de mí, esa es mi lucha. Cuesta, pero si no, no sería feliz”, dijo.
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