El argentino Pablo Ruiz es un cantante muy querido en Chile desde su aparición en los escenarios a finales de la década de los 80 siendo apenas un niño. Por aquellos años era conocido como Pablito y se hizo famoso gracias a dos pegajosos temas, “Oh, mamá, ella me ha besado” y “Mi chica ideal”. Pero, como suele pasarle a quienes alcanzan el estatus de celebridad a temprana edad, pronto esa fama empezó a pasarle la cuenta.
Así lo reconoció el artista hoy de 46 años en un diálogo con el escrito Gastón Pauls para “Seres Libres”, un ciclo de entrevistas del canal trasandino Crónica HD, reproducido en parte por el portal Infobae, a lo largo del cual relata que cuando todo indicaba que su futuro estaría ligado al éxito, pronto las especulaciones respecto a su sexualidad terminaron por derrumbar su carrera. Y de a poco aquella situación lo fue sumiendo en las adicciones.
“Fue muy violento, muy rápido. es tener todo al alcance y vivir cosas muy fuertes, como que se hable de tu vida sexual a los 12 años en la televisión y te señalen con el dedo sin saber vos mismo qué te está pasando realmente, porque a esa edad todavía no tenés en claro ese tipo de cosas”, señaló respecto a su rápido ascenso y los tempranos comentarios acerca de su orientación sexual cuando él mismo no tenía nada claro sobre ese tema.
Cabe señalar que Pablo Ruiz se refirió públicamente a su homosexualidad en 2011, pero antes debió lidiar con los prejuicios de otra época que le costaron la pérdida de contratos de trabajo.
“La compañía discográfica rescindió mi contrato por mi sexualidad, porque no lo podían controlar y no sabían como manejar eso. Aparte, yo tenía 20 años y nunca decidí esconderme entre cuatro paredes, decidí salir y hacer mi vida normalmente, tener novios. Entonces dijeron: ‘Bueno, hasta acá llegaste’”, contó.
Esta situación desembocó en el uso habitual de drogas, que hasta entonces había consumido como una forma de escape, sólo por diversión en fiestas electrónicas, por ejemplo.
“Pero ya después de ese hecho empecé a tocar fondo. Al no poder expresar mi arte, no poder cantar y tener unos contratos que eran también por parte de mis managers leoninos, me tuve que ir de México (donde estaba radicado) para no trabajar más con esas personas. Y al volver a Argentina empezó a ser más fuerte. Lo hacía porque estaba deprimido, necesitaba escapar y un montón de cosas”, continuó relatando Ruiz, quien en 2020 tuvo una breve pero recordada participación en «MasterChef Celebrity» Chile.
Consultado por Pauls sobre cómo fue esa etapa, el cantante precisó que se extendió unos seis años y que empezó aspirando cocaína.
“Empecé con eso. Antes eran otras como el éxtasis, más de la electrónica y pasarla bien. En la cocaína encontraba esa verborragia de poder estar con amigos y poder sacar toda la mierda que tenés adentro y poder arreglar el mundo, que por ahí es ficticio, hablar de todo y solucionar todo en una noche”, dijo, enfatizando luego que la droga “se convierte en algo que no va a ningún lado, que no te deja dormir. Los bajones son terribles y no es divertido”.
Para rematar, enfatizó que cuando se tiene una substancia y se la puede compartir “todos son amigos tuyos”, pero después “te quedás solo en el bajón” (…), que es “cuando ya estás solo, no podés dormir, tenés miles de fantasmas en tu cabeza y ahí se viene toda la oscuridad y todos lo que realmente estás sintiendo. En ese momento viene todo los que te está pasando, te empieza a pasar factura todo”.
¿Cómo logró salir de ese infierno? “Llegué a un límite porque no llegué al estreno de una obra de teatro, por ejemplo. Porque no dormí y ahí dije: ‘Algo está pasando que no está bien’. Me hizo un clic y pensé en irme a Miami, porque no podía también zafarme en esta gente. Y ahí empecé a escribir canciones”, concluyó Pablo Ruiz.