En 1991, Michael J. Fox fue diagnosticado con el mal de Parkinson y su doctor le dijo que con suerte podría trabajar una década más. Sin embargo, el actor que alcanzó fama mundial como Marty McFly en la franquicia “Volver al futuro” siguió desarrollando exitosamente su carrera durante las siguientes tres décadas. Hasta ahora, que su salud parece haberlo derrotado definitivamente.
En su nuevo libro de memorias llamado “No Time Like the Future” (No hay momento como el futuro), a la venta desde el martes pasado, el intérprete de 59 años aborda con total honestidad el grave deterioro que sufre en sus habilidades motoras y, lo que es más grave dada su profesión, los problemas cognitivos que está padeciendo, provocándole pérdida de memoria, delirios y demencia.
“No poder hablar de manera segura es un factor decisivo para un actor”, señala en el libro. “Hay un tiempo para todo, y mi época de tener jornadas laborales de 12 horas y memorizar siete páginas de diálogos está mejor si la dejo atrás”, añade en el citado texto, dando a entender que dirá adiós a la actuación.
Por ejemplo, una nota de Los Angeles Times reveló que Fox ha confundido a sus hijas gemelas y en ocasiones empieza a buscar las llaves de su auto a pesar de que ya no puede manejar.
Eso no es todo. Según han reseñado diversos sitios informativos, la decisión de Michael J. Fox también obedece a otros problemas de salud que se han ido agravando con el tiempo. El año pasado, por ejemplo, sufrió una aparatosa caída en el rodaje de «See You Yesterday» (donde hizo un cameo), y en 2018 se sometió a una intervención quirúrgica para extirpar un tumor no canceroso ubicado en su columna que le causaba terribles dolores.
“Iba camino a una parálisis si no me operaban inmediatamente”, declaró días atrás a la revista People. Afortunadamente, la operación fue exitosa y debió someterse a un proceso de rehabilitación que duró cuatro meses en el cual debió aprender a caminar nuevamente.