Durante esta semana, el príncipe Harry y su mujer estadounidense, Meghan Markle, cumplieron sus últimos compromisos como parte de la monarquía británica. Y ahora que sus obligaciones en ese sentido terminaron, la pareja por fin podrá comenzar una nueva vida independiente de las obligaciones que impone la realeza, comenzando por establecerse definitivamente en Norteamérica, aunque con una novedad.
Cuando el matrimonio dio el batacazo anunciando que renunciaban a la familia real para poder llevar un estilo de vida normal junto con su hijo, Archie, por ejemplo, generando sus propios ingresos, señalaron que fijarían su residencia en Canadá. Sin embargo, aparentemente los duques Sussex están pensando arrendar una segunda vivienda en Los Angeles, California, donde estarían buscando un hogar que se adapte a sus necesidades.
“Aunque les encanta Canadá, quieren tener también una casa en Los Angeles”, confidenciaron a la revista People fuentes cercanas al príncipe y Meghan. La elección de la urbe californiana no es casual: Markle nació y desarrolló su carrera como actriz de cine y televisión allí y es el lugar que quiere convertir en el destino donde pasar todos los veranos. Además, Doria Ragland, su madre, vive allí y por lo tanto podría pasar varios meses junto a su nieto.
“Esto es lo que Meghan y Harry siempre han querido: ser dueños de su propia vida. Para ello, ha supuesto un inmenso alivio abandonar Inglaterra y viajar al otro lado del charco para comenzar su propio camino”, acotaron las fuentes citadas por People. Y aunque no mencionan que la decisión tenga que ver con probar suerte en el mundo del espectáculo, a Markle propuestas no le faltan y estando al lado de la meca del cine las oportunidades evidentemente serían mayores.
El problema es que a la reina Isabel II se le hará muy difícil organizar una visita oficial a California para ver a su bisnieto, dado que su avanzada edad le impide actualmente salir de Gran Bretaña, de modo que deberán ser los Sussex quienes lleven a Archie hasta Buckingham… cuando desaparezca la amenaza del coronavirus.