Dentro del mundillo de la TV chilena, llama la atención la existencia de ciertos personajes a los que voy a denominar “los desperfilados”. Son un grupo de escritores, periodistas y artistas, generalmente cultos, preparados o talentosos, que un buen día entraron a trabajar a la TV, adquirieron notoriedad y terminaron consolidándose en una labor para la cual están claramente sobrecalificados y trabajando al lado de gente que artística e intelectualmente no les llega ni a los talones. Es como si Lionel Messi jugando en un equipo de tercera división o Paul Mc Cartney cantando en la Plaza de Armas. Por un lado, se valora y agradece que esta gente, algunos con su sola presencia, le “suba el pelo” al mediocre y decadente medio televisivo chileno; pero por otra, uno queda la sensación que están desperdiciando sus talentos. A continuación una reseña de algunos de estos “desperfilados”:
Isabel Allende: Es más bien una “desperfilada al revés”. A inicios de los 70, la entonces columnista de revista Paula incursionó en un programa de conversación con César Antonio Santis y Jaime Celedón, en la cual hizo atrevidas performances para la época, como por ejemplo disfrazarse de bailarina del Bim-Bam Bum. Después se fue de Chile, y el resto es historia conocida: “La Casa de los Espíritus”, “Eva Luna”, “Inés del Alma Mía”, venta de libros como pan caliente en todo el mundo y el Premio Nacional de Literatura del 2010.
Enrique Lafourcade: El autor de “Palomita Blanca” y “El Gran Taimado”, eterno candidato al Premio Nacional de Literatura y pertinaz crítico del medio televisivo chileno tuvo sus 15 minutos de fama cuando fue parte del jurado del recordado “¿Cuánto Vale el Show?” de inicios de los 90, ese que animó Leo Caprile y compartía labores con Marcela Osorio y los desperfilados Italo Passalacqua y Erick Polhhammer. Tiempo después, estuvo en el panel de “A eso de…” junto con Jaime Celedón hasta que Ricardo Claro pidió que lo sacaran por hablar despectivamente del entonces mandatario argentino Carlos Menem.
Italo Passalacqua: Un claro ejemplo de desperfilamiento mediático. Y no tiene nada que ver con su declarada homosexualidad. Antes era un crítico de espectáculos respetado, aunque temido y odiado por su dureza y falta de diplomacia al criticar. Sin embargo, esa pelea “de a peso” con Cristián de La Fuente marcó el inicio del progresivo declive de su prestigio: hizo denuncias fallidas contra Iván Zamorano y Felipe Camiroaga, que le costaron sendas querellas en su contra; tuvo la poco feliz idea de hablar a favor de las relaciones homosexuales con menores de edad en momentos en que la opinión pública estaba conmocionada con el Caso Spiniak, lo que le costó la salida de TVN. Actualmente, es una caricatura de lo que alguna vez fue: labora como panelista de SQP, donde es permanentemente aportillado por pelmazos como Felipe Avello y Francisca Merino. Fue genialmente caricaturizado por Stefan Kramer.
Yolanda Montecinos: Caricaturizada por Gladys del Río, la reconocida crítica de espectáculos fue, hasta que el Alzheimer se lo impidió, participante permanente de diversos programas televisivos, donde cantó, bailo y metió su cuchara. Su más recordado desempeño fue como parte de “Maravillozoo”, ícono de los programas de “entretención familiar”. También se recuerda cuando criticó a José Alfredo Fuentes por su “voz caprina”, y, posteriormente en el programa “Nuestra Hora”, animado por el “Pollo”, terminó asesinando “Guantanamera”.
Erik Polhhammer: Excéntrico poeta e intelectual, participante del histórico “¿Cuánto Vale el Show?” ya antes mencionado. Se recuerda su pelea con Javier Miranda en un programa mundialero. Hace poco fue parte del panel de “Sin Dios Ni Late” y ahora es parte de «Síganme Los Buenos», ambos programas conducidos por otro desperfilado, Julio César Rodríguez.
Florcita Motuda: Otro desperfilado al revés. Al principio parecía ser el “bufón de la dictadura”. Fue el buzón preguntón del programa de la Tía Patricia; encabezó “La Cafetera Voladora”, ese oasis de “psicodelia Beatle” de finales de los 70 en TVN; tuvo payasescas performances a inicios de los 80, en la TV y en el Festival de Viña, etc. Sin embargo, en el fondo de las aparentes locuras del cantante ganador de la OTI en 1998 había profundidad, ideología, intelecto. Se atrevió a ser irreverente, creativo e ingenioso en una época en que esos valores eran menos apreciados que nunca. De la mano de su adhesión al Siloísmo, se transformó en un ícono con su “Vals Imperial del NO” en 1988, tuvo aventuras políticas fracasadas y ahora es venerado por grupos como “Chancho en Piedra” como el “padre del funk chileno”.
Jaime Campusano: Profesor de Castellano, devenido en periodista y panelista de segunda o tercera línea en programas de TV. La última vez lo vi en el poco académico programa “Morandé con Compañía” recibiendo una andanada de garabatos de parte de la aún menos académica Patty Jofré y participando del programa «Yingo», donde aparte de ser jurado, intervenía en algunas de sus teleseries.
Julio César Rodríguez: Del periodista de izquierda, parte del equipo de “La Nación Domingo” y luego de “Plan B”, queda poco. Fue uno de los primeros opinólogos, estuvo detrás de ese verdadero fraude llamado “Rojo VIP” y fue el pionero de la nueva oleada de Late Show, primero con “La Tele o Yo”, luego con “Sin Dios Ni Late”, y dentro de poco con “Siganme Los Buenos”. Otra víctima de Stefan Kramer.
Pamela Jiles: Su caso es extremo. Periodista de izquierda, de esas de trinchera. En TVN leyó noticias, condujo programas políticos y culturales, fue parte de “Informe Especial”, hasta que un buen día se fue. Tuvo una fugaz aparición como opinóloga en Vértigo junto con Gloria Simonetti y José dgfev online casino Miguel Villouta. Siguió con un pequeño programa político en OTV, hasta que la echaron por aparecer en la franja política de Tomás Hirsch en las elecciones del 2005. De ahí se fue al SQP y se transformó en la reina de la opinología. Ahora está en “En Portada” de UCV-TV, donde aplica su bagaje periodístico adquirido en años de combate al mundillo de la farándula chilensis y les “vende pan” a todos sus compañeros. Si a todo el periodismo de farándula lo metemos a una juguera y lo mezclamos, lo que resulta no alcanza a ser ni el dedo chico del pie derecho de la Jiles. Recuerdo cuando denunció que Raquel Argandoña “comercializaba” a su hija Kel Calderón. En vez de responderle como en otras ocasiones, la Argandoña “arrugó” más que su ex-marido Eliseo Salazar frente a Nelson Piquet. También víctima de Kramer.
Ricarte Soto: Periodista culto y preparado, que pasó de trabajar en Radio Francia Internacional y en Le Monde Diplomatique a comentar farándula en el “Buenos Días a Todos”. Como opinólogo, es más sólido que muchos de sus colegas “especializados”. Por capacidad y preparación, su lugar natural en la TV debiera ser “Tolerancia Cero” o “Estado Nacional”. Otra víctima de Stefan Kramer.
Federico Sánchez: Arquitecto, académico de la Universidad Diego Portales, y conductor en conjunto con Marcelo Comparini de “City Tour”, programa ícono del canal 13 Cable. El año pasado participó con su socio en “A tu día le falta Aldo”, donde no tuvo problemas en seguirle el juego a gente como Felipe Avello y Francisca García Huidobro.
Tito Beltrán: El caso más reciente. Laureado tenor nacional, reconocido a nivel mundial, aunque saliendo de un duro trance después de años encarcelado en Suecia. Lo he visto cantar en vivo dos veces. Además de su evidente talento vocal, se nota que es todo un personaje: bajo de estatura, algo macizo, de tez morena, pero con una personalidad avasalladora que lo hace atractivo para la TV. Su aparición en Factor X ha sido un aporte desde todo punto de vista: le ha dado realce a la competencia, ha hecho gala de conocimientos musicales incluso más allá de la música docta, ha entablado diálogos interesantes con Zeta Bossio, bajista de Soda Stereo y ha dado clases magistrales acerca de cómo criticar. Sin embargo, ha tenido algunas apariciones mediáticas más bien innecesarias, como participar en el “Buenos Días a Todos”, cantar un tema con los Sharkycanns (músicos freaks de “Sin Dios Ni Late”) e incluso ir a ¡¡¡Calle 7!!! a probar suerte en las pruebas de destreza física, lo que es como si Verónica Villarroel se pusiera a bailar en el caño. Me pregunto qué va a pasar con Tito Beltrán cuando vuelva a los escenarios líricos, un mundo más bien elitista, ajeno a este tipo de licencias, y donde no todos son tan abiertos de mente como él. No faltarán los “talibanes” de la música clásica, para los cuales la sola idea de relacionarse con la música popular resulta poco menos que un sacrilegio, y para los que esta incursión mediática de Beltrán significa el final de su carrera como tenor lírico.
Bonus Track: Algunos “desperfilados” internacionales.
Jaime Bayly: Escritor e intelectual peruano, bisexual reconocido. Tuvo un programa de opinología en Miami y otro en su país, donde habló de todos los temas e hizo gala de su maestría en el arte de la ironía y el sarcasmo. Intentó postularse a la presidencia del Perú, pero se desistió posteriormente. Una pena, porque era mejor candidato que muchos de los que se presentaron.
Jorge Lanata: Gran periodista, llamado “El Michael Moore argentino”. Fundador de medios como “Página 12” y “Crítica”, autor de libros como “Argentinos” y de documentales como “BRIC” y “La Deuda”. Actualmente conduce un interesante programa de actualidad llamado “DDT” en el Canal 26 Telecentro de Argentina, en donde hace gala de su crítica asertiva y cargada de ironía, mezclada con entrevistas y algo de comedia.