La reciente designación de norma japonesa-brasileña de TV digital para Chile supone el mayor cambio de paradigma en la historia de la TV chilena desde la llegada del color. En este artículo exploro algunas de las mayores innovaciones que podremos ver en los próximos años.
¿Alcanzará el mercado para tanta oferta?: Pocos recuerdan lo que pasó a finales de los 80, cuando se abrió la posibilidad de establecer canales de TV en frecuencias UHF (canales 14 hacia arriba). Muchas empresas se interesaron inicialmente en el tema, pero al poco andar se olvidaron de la idea al constatar que el mercado televisivo no daba para más canales que los existentes. Actualmente hay pocos canales UHF y más bien marginales (poblacionales, evangélicos y similares). En el nuevo sistema digital, tendremos nuevos operadores, y cada uno de ellos podrá tener más de una señal. ¿Cómo será ahora la repartición de la torta? ¿Alcanzará para todos? ¿Se abrirán más mercados?
La clave es la segmentación: La disponibilidad de nuevas señales va a permitir que un mismo generador de contenidos disponga de tres o cuatro señales que podrá destinar a diferentes públicos. Es lo mismo que hacen El Mercurio y Copesa con los diarios: tienen uno importante e influyente (El Mercurio y La Tercera), un vespertino (La Segunda y La Hora) y un diario “para el populacho” (LUN y La Cuarta). En TVN ya tienen su señal abierta y el canal de noticias, y pueden crear otras señales. Con ello, cambiaría la competencia: no será todos contra todos en todo horario, sino que segmentada en horarios, nichos y tipos de público. Por ejemplo, “Morandé con Compañía” no sería competencia de “Chile Debate” aunque coincidan en horario, pues estarían destinados a públicos diferentes.
Una solución para Canal 13: Hace un tiempo, Don Francisco propuso la idea de que Canal 13 tuviera dos señales: una derechamente competitiva, y otra para que la Iglesia Católica difundiera su mensaje. En otras palabras, una señal para servir a Dios y otra para servir al rating. Aunque pueda parecer cínica y cuestionable, esto solucionaría el eterno dilema del canal del angelito entre ser competitivo y ser coherente con su carácter de católico. Con la TV digital, esta idea resulta más que posible de llevar a la práctica. Una posible solución para Canal 13 sería: Un canal full-competitivo (la actual señal abierta), un canal cultural (el actual 13C), uno de noticias (el actual Teletrece Online) y el citado canal de la Iglesia Católica.
El dilema de los contenidos: la TV digital nos dará la oportunidad de saber qué es lo que realmente quieren ver los chilenos en sus pantallas. Habrá posibilidad de que los creadores muestren contenidos, de que surjan espacios para canales culturales y educativos y de que el público pueda elegir entre alternativas diferentes, y no como ahora donde los canales tienden a copiar lo que le resultó al del lado. El tema de la calidad es más de ideas y creatividad que de recursos: en la historia de nuestra TV hemos tenido verdaderos bodrios que han consumido una cantidad impresionante de dinero (“Porque hoy es sábado”), y programas sumamente baratos que no sólo han sido exitosos, sino que se han transformado en referentes (“31 Minutos”).