El cantante estadounidense realizó el acto de inauguración en el estado de Carolina del Norte, donde llegaron decenas de sus adherentes, quienes tomando las medidas de seguridad higiénicas pertinentes para asistir al evento.
De esta forma, Kanye West proclamó su candidatura presidencial con un polémico discurso, donde se refirió a temas valóricos y sociales, tales como la esclavitud del pueblo afroamericano y el aborto.
Con un chaleco antibalas que llevaba la palabra «seguridad», el rapero lloró mientras gritaba «casi maté a mi hija», haciendo alusión al hecho de que él le pidió a su esposa, Kim Kardashian, que interrumpiera su embarazo.
Estas particulares formas y la inconexión de sus palabras generaron un alto rechazo en Estados Unidos, donde los medios periodísticos se preguntaron por la salud mental del artista y su capacidad para postular al importante cargo.