El trailer de la telenovela inicia con una frase decidora: «y vivieron felices para siempre». La mayoría de las telenovelas tratan del inicio de una relación amorosa y los obstáculos que se interponen para lograr la unión que el destino quiso unir desde el primer capítulo. «Para Volver a Amar» es la excepción: se inicia presentando el inicio del desamor de seis matrimonios, cómo deben enfrentar sus crisis matrimoniales y cómo cinco de las seis relaciones terminan progresivamente en separación o divorcio.
Antonia (Rebecca Jones) es una mujer que decide renunciar a su empleo de vendedora estrella en la inmobiliaria de su absorbente y despótico jefe, Braulio (Alejandro Camacho), para dedicarse a tener una vida más dedicada al hogar y cuidar a su hija Paola (Thelma Madrigal), que sufrió un atropello. Conforme se recupera Paola, el marido de Antonia, Patricio (René Strickler), le ofrece las llaves de la casona donde creció en su infancia para instalar en ella una pequeña corredora de propiedades.
A esta corredora, empezarán a llegar las demás protagonistas. Primero, Rosaura (Zaidé Silvia Gutiérrez), una secretaria despedida por Braulio, quien la considera una mujer cada vez más ineficiente y torpe. Las atribulaciones de Rosaura se deben a Rolando (un soberbio Jesús Ochoa), su marido, quien la ha cambiado por una mujer veinte años menos. Rosaura siempre creyó en el matrimonio para toda la vida y no se imagina la vida en desamor.
Luego, Bárbara (Alejandra Barros) llega a solicitar empleo de vendedora. Ante el mundo, ella demuestra ser una mujer alegre y coqueta. Sin embargo, debe sufrir las agresiones físicas y psicológicas de Jaime (Juan Carlos Barreto, escalofriante), un alcohólico dominado por su madre Conchita (Magda Guzmán). Bárbara entra a la corredora luego de advertirle a Jaime que no tolerará más violencia, luego que éste la arrojara a una cajonera estando casino online embarazada, provocándole un aborto.
Después llega Maité (una magistral Sophie Alexander), quien fue despedida de un alto cargo ejecutivo en un grupo empresarial, luego que el ascenso correspondiente best online casino se lo ganara su marido Jorge (Mark Tacher). Desde entonces, Maite verá a su compañero y alma gemela de los años de universidad como un rival a quien tiene que superar. Luego de ser rechazada en varias entrevistas, Maité llega a la corredora de propiedades como vendedora, algo que estaba totalmente ajeno a sus expectativas profesionales y monetarias. Y todas las tardes, ella llega a casa ufanándole a Jorge el nivel de su empleo, mientras en el fondo llora miserias. Jorge no soporta más el clima de competencia que inventa Maité y decide separarse, lo cual ella siente como derrota competitiva.
La última en conformar la corredora de propiedades es Yorley (África Zavala), quien debe soportar la cesantía de David (Flavio Medina), un técnico gráfico que no encuentra empleo en lo que estudió y ha optado por quedarse de vago en la casa, al cuidado de casino online la hija de ambos, Fanny (Loania Quinzaños).
Por las mañanas, Yorley se dedica al aseo en la peluquería de Renato (un profundo Edgar Vivar), lugar donde todas las protagonistas recurren por belleza y consejo. Por las tardes, limpia los pisos en la oficina de Antonia, resuelve problemas, contesta teléfonos, hasta convertirse en el comodín de la corredora y la mujer que desea Leonardo Torres (Agustín Arana), un noble constructor que es el proveedor más importante de Antonia.
Finalmente, volvemos a Braulio, cuya vida se ha basado en la construcción de una apariencia. Su distinción ilumina las páginas sociales. Y de ella ha bañado la decoración de su casa, la formación académica de su hijo (Alfonso Dosal) y los vestidos de Valeria (¿será este el mejor papel interpretado por la gran Nailea Norvind?).
Valeria Andrade no existe. Es un invento para encubrir a Marleny Esparza, hija de una prostituta. Fue vendida por su madre a un millonario en ciernes, quien la trata como una muñeca. La transformó de una mujer de modales rústicos a la figura social hecha para saludar, conversar cuatro frases y callar cuando sea necesario (la mayoría de las veces). Valeria sólo tuvo la educación básica y Braulio jamás le dio la posibilidad de estudiar, temiendo que el conocimiento la alejara de él.
Al estilo de Nora Helmer, la heroína de «Casa de Muñecas» de Ibsen, Valeria decide abandonar el hogar, irse a vivir a una vecindad junto a su hermano Faber (Juan Ríos) y la hija de éste (Karol Sevilla), tratando de recuperar la familia que dejó de ver por más de veinte años, y finalmente, emplearse como vendedora en la corredora de Antonia.
«Para Volver a Amar» es probablemente la mejor telenovela que ha producido Televisa en una década. Los puntos van por los exquisitos libretos, la dirección de escena y las interpretaciones de los ¡catorce! protagonistas de esta historia. Roberto Gómez Fernández (sí, el hijo de Chespirito) y Giselle González ofrecen una producción delicada y humana, que nos recuerda las telenovelas que hemos dejado de ver en Chile; esas tramas con las cuales podíamos sentirnos reflejados. En lo personal, esta sensación de agrado e implicancia con una telenovela no la sentía desde «Machos». Y de eso, ya ha pasado casi diez años.
«Para Volver A Amar», pronto por las pantallas de «La Red».