Entre abrazos, risas, llanto y una felicidad que ni él se la podía creer, el argentino logró llevarse el primer lugar del reality de Mega y ganarse el amor de Lisandra Silva. Aunque fue el último participante en sumarse al encierro, el ex de Aylén Milla logró su principal objetivo: conquistar a la cubana. En conversación exclusiva con Fotech.cl hizo un diagnóstico de su participación en los últimos tres reality, además de abordar sus próximos desafíos.
¿Qué pasó por tu cabeza cuando veías que Lisandra no estaba avanzando y Abraham junto a Flavia estaban tomando harta ventaja en la competencia?
Nada, sabíamos que estábamos con unos grandes competidores, por algo están en esta instancia y Lisandra que, bueno, que se empezó a trabar como a cualquiera que le puede pasar, pero nada alentándola porque creo que esta es una gran demostración de vida, de lo que me fue pasando a mí en estos tres años que me pasó lo peor, no se lo deseo a nadie, después tuve una experiencia más bonita, pero esta es la gran experiencia: encontré el amor, una persona fabulosa, entonces nunca hay que rendirse. Hasta que no tocara esa campana no hay que rendirse y nada, le empecé a motivar y sacó fuerzas de donde no tenía, porque, claro, ustedes lo veían: que el túnel, que el viento, que todo es resbaladizo, ella veía que no daba más y que, bueno, pasa que es como que piensas que ya está. Y vienen esos rayos de que hay que seguir dando y confiaba en que en el puzzle nos podía ir bien. Yo veía desde arriba a Abraham que lo empezaba a armar desde al medio y es como armar una casa, primero el techo y después las paredes, la casa se empieza a armar por los cimientos, después las paredes, las vigas, la columna y el techo. Si habían ya dos engranajes, había que empezar por ellos y así vas armando el camino. Bueno, en definitiva eso es lo que me ayudó, me encanta a armar cosas: el respaldo, el jacuzzi el año pasado. me encanta eso, me armé un auto, entonces yo creo que ahí estaba la diferencia.
Este fue el desahogo de todo lo que te ha pasado en estos años…
El llanto yo creo que fue la emoción de estos tres años que me pasó de todo, que entré con una novia en «Amor A Prueba», que me pasó lo que no le deseo a nadie, eso me hizo levantarme, ir creciendo como persona, irme superando día a día y demostrándome cosas en los que estaba equivocado, que tenía que mejorar. Después la vida me dio la posibilidad de entrar a «¿Volverías con tu ex?», también la pasé bien, fue una experiencia muy bonita porque me divertí, encontré a una compañera que fue Gala, una gran persona, pero en este reality encontré el amor. Qué mejor que estar enamorado o bien con una persona y, nada, que la gente no deja de darme la posibilidad de llegar a la final. Aparte, la gente nos apoyó por mensaje de texto pero sabiendo también que nos gusta competir a los dos, entonces esta noche no podíamos defraudar ni a mi familia que estaba acá, que los hice venir de Córdoba, que el año pasado no pudieron venir. Es el cumpleaños de mi papá, mi mamá no está con él porque me vino a ver a mí, a todos los fans que vinieron a vernos y no quería defraudar a nadie, entonces era una gran responsabilidad. Nosotros nos sentíamos ganadores, pasara lo que pasara, ya sentíamos que habíamos ganado porque todo lo que nos pasó, qué más vas a pedir. Esto era para la gente.
Dieron vuelta una situación en un momento y eso le da una cuota de valor al triunfo.
Esa es la emoción, ahí es como un ejemplo que uno nunca se tiene que rendir. Hay un montón de jóvenes que se ponen un objetivo y en la más mínima situación que no les gusta, se rinden. Entonces, esto es un desafío que no hay que rendirse, hay que seguir dando lo mejor por la convicción de uno. La nuestra era ganar para la gente, toda esa gente que nos estaba apoyando, por mi familia y así lo dimos. Sacó fuerzas de donde no tenía, no sé cómo se empezó a trepar de ese túnel que se resbalaba, y aquí estamos. Pudimos ganar, dimos lo mejor y emocionadísimo.
¿Cúal es tu evaluación después de estos tres años? ¿Qué diferencia hay entre el Leandro de «Amor a Prueba» con el ganador de «Doble Tentación»?
El Leandro es el mismo Leandro, fui creciendo, aprendiendo, también aprendí mucho del reality porque te da una experiencia de vida que es impresionante, la exigencia, el cotidiano, muchas situaciones que pasan, ir aprendiendo de los impulsos. Nada, yo creo que esto fue un gran aprendizaje para mí. Uno lo ve como un reality, que pasamos encerrados, muchas discusiones a veces, pero a veces uno saca cosas muy buenas de acá adentro y yo aprendí muchísimo. La verdad es que tengo que agradecer a la gente de producción que me dio esta posibilidad. No es fácil tener tres años consecutivos, dos finales, que confíen en mí. Nada, en eso es impagable que te tengan en cuenta, que confíen en uno.
¿Cómo se gestó tu llegada en la parte final del programa?
La llegada mía se gestó cuando yo estaba a punto de entrar a otro reality en España, ya había acomodado todo y me propusieron entrar acá en esta última instancia. Yo como venía hablando por WhatsApp (con Lisandra), conversaciones, dije ‘bueno, si entro voy derecho a Lisandra’. En el primero sufrí, entonces sabía que Lisandra es una gran mujer, entonces tenía muchas ganas de conocerla personalmente, veníamos hablando hace un año y algo por WhatsApp y yo creo que esta era la gran oportunidad. Y bueno, del primer día sin perder tiempo.
¿Qué se viene para tí ahora? ¿Entrarías a un cuarto reality?
Bueno, la verdad es que me encanta hacer televisión, hace once años que hago televisión. Es la primera vez que hacía realitys hace tres años y era para mí un desafío, personal. Como te decía recién fui creciendo, fui aprendiendo, me fui superando como persona y lo que más me gusta es hacer televisión para entretener y creo que ya va a llegar una propuesta de trabajo estable en algún programa de entretenimiento, que es lo que me gusta y como hacía yo en Argentina. Nada, tener paciencia, me encanta Chile, estoy enamorado de Chile y no me quiero ir de Chile.
¿Se van a quedar acá entonces?
Sí, nos vamos a quedar acá. Hace tres años que vivo acá. ¡Soy un chileno más, huevón!