Fue en abril de este año que la revista «Sábado», de El Mercurio, dio a conocer las denuncias de siete mujeres en contra del director de «Preciosas» y «Soltera Otra Vez» por violación, acoso sexual y abuso de poder. Este fin de semana, el medio antes mencionado dio a conocer tres nuevos casos, donde dos actrices relataron cómo fue el casting que les pidió realizar Herval Abreu en su departamento.
La primera de ellas, Simoné González, conoció al director con tan sólo diez años, cuando participó en «Tentación» de Canal 13. La relación fue tan buena que ella y su mamá se encariñaron con él, por lo que también formó parte de «Gatas y Tuercas». Tras su participación en dicha producción, decidió enfocarse en sus estudios.
En 2013, con diecinueve años, Simoné lo saludó por Facebook. En la conversación, él le habría dicho que estaba buscando una actriz para «Soltera Otra Vez», y tras un casting, quedó para el rol de Kiki, por lo que él la invitó a su departamento para que conversaran sobre el personaje.
“Me hizo actuar unas escenas frente a él. Era una escena rara, porque teníamos que besarnos. Le dije que no iba a besar a un hombre mayor, pero él insistió muchas veces. Se acercó demasiado y me robó un piquito. Se notaba que estaba excitado”, relató González.
“Pensé que a lo mejor se había confundido y pasé la noche en la pieza de su hijo, que no estaba. Recuerdo que le puse llave a la puerta. Me fui al otro día por la mañana”, señaló.
La segunda fue Luna Aballay, quien conoció a Herval Abreu en 2016, cuando un fotógrafo, amigo de ella, le dijo que el ex director de teleseries quería conocerla porque le gustó su estilo y necesitaba a alguien como ella para una nueva producción.
“Me dijo que buscaba un perfil como el mío porque en televisión no habían tantas chicas morenas. Me dijo que tenía dos opciones: hacer una prueba de cámara con una chica que me iba a pasar un guión cualquiera, o juntarme con él para prepararme y hacer que quedara. ‘Piénsalo’, me dijo, y me pidió mi número”, reveló.
Algunos días después, él se comunicó con ella por whatsApp para que se reunieran en su departamento ubicado en Las Condes para evitar ser interrumpidos. Tras aceptar, ella le contó a una amiga a donde iba y para que estuviera atenta a su celular por si algo sucedía.
La modelo señala que, una vez en el hogar de Abreu, él le entregó el guión de la teleserie brasilera «La presencia de Anita», cuyo argumento gira en torno al enamoramiento de una adolescente de un hombre de cincuenta años. La escena la repitieron varias veces a petición de él, quien cada vez que lo solicitaba su voz se iba cargando de sensualidad, según relata Sábado.
Para comprobar que en verdad tenía talento le pidió improvisar una escena donde ella debía ser una agrónoma que viajaba a la India para un seminario, mientras que él interpretaría a un director de teleseries que viajaba al mismo país. La escena continuaba cuando por problemas climatológicos los vuelos se cancelaron y la aerolínea, por equivocación, los puso en una misma habitación, razón por la que la realizaron en el dormitorio del director.
“Abreu comenzó su actuación diciendo que estaba cansado. Fue al baño y se puso un pijama blanco con líneas celestes. Luego se acostó y apagó la luz de su dormitorio. Me decía ‘Acuéstate, tú también estás cansada. ¿Me tienes miedo?’. Le dije que no quería, pero él insistía en que no iba a pasar nada. Me acosté bajo el cobertor, pero no bajo las sábanas, poniendo un cojín para separarnos”, relata Luna.
Abreu le dijo que no le haría nada porque era un director de renombre y no iba a arriesgar su carrera por hacerle; sin embargo, él comenzó a hacerle cariño en el brazo y que no se imaginaba todas las cosa que harían algunas mujeres para conseguir un papel, pero que ella era diferente, «más inteligente».
Tras esto ella le comunicó que no quería seguir improvisando por lo que Abreu le pidió un Uber. Nunca más supo de él hasta que salió el primer reportaje: “Sólo pensé al fin cayó. Creía que Herval Abreu nunca iba a caer”, manifestó.