La sintonía de la producción turca que emite Mega en el horario nocturno ha sido impresionante y en el ambiente televisivo no ha dejado a nadie indiferente. Muchos buscan explicaciones y tratan de entender qué es lo que tiene «Las Mil Y Una Noches» que la ha transformado en tamaño éxito. Y la respuesta es bastante más simple de lo que se piensa: es un fenómeno.
No es que Onur reúna todas las características que un hombre debe tener para ser el galán por excelencia ni que Sherezade sea una protagonista mejor que Clara de «Vuelve Temprano» o que Cristina Moreno de «Soltera Otra Vez»; tampoco es que el público chileno necesite imperiosamente ver teleseries con tamaño nivel de producción; tampoco es que el ritmo lento y pausado de las escenas sea más valorado en el prime; y mucho menos (y ojo con esto, señores de programación), no es porque «Las Mil Y Una Noches» sea una novela proveniente de Turquía ni que haya paralizado a ese país.
De acuerdo a la Real Academia Española, «fenómeno» es algo extraordinario y sorprendente. Que a «Las Mil Y Una Noches» le haya ido tan bien en nuestro país no significa que otras producciones de ese país, como «Fatmagul» o «El Sultán», vayan a tener la misma suerte. Canal 13 ya lo está viviendo con «Amor Prohibido», que no ha tenido buena recepción en ninguno de los dos horarios en que la ha transmitido y, lamentablemente para dicha estación, son varios meses en que tendrá que sufrir miseria por haber pensado «en forma brillante» que lo turco era la clave.
Anteriormente hemos tenido otros fenómenos con teleseries extranjeras, como «Oshin«, teleserie japonesa que narraba la historia de una pequeña niña que fue cambiada por un saco de arroz y que Mega transmitió con gran éxito en la década de los 90. También la colombiana «Yo Soy Betty, La Fea«, que fue emitida por Canal 13 en nuestro país, y que además de relegar a segundo plano a la producción nacional «Corazón Pirata», le ganó en sintonía durante varias semanas a la gran apuesta vespertina de TVN, «Pampa Ilusión». ¿Pero llegaron otras producciones de Colombia o Japón y que hayan tenido un impacto mediático tan grande luego de las ya nombradas? La respuesta es un rotundo no, porque los fenómenos son fenómenos, y no es llegar y replicarlos.
Así que mucha atención con lo que podría pasar en los próximos meses en nuestra pantalla chica. Puede ser que al terminar «Las Mil Y Una Noches» todo vuelva a la normalidad y que TVN y Canal 13 regresen en gloria y majestad a disputarse el prime time con sus producciones nacionales. Ojalá pasara eso. O también puede ser que «Fatmagul» herede parte de la sintonía que tiene la actual turca y Mega siga con su pantalla caliente. Lo que sí está muy claro, es que lo sucedido este año con la historia de Sherezade y Onur, no es algo que sea tan fácil de repetir, no es algo que se da todos los años en nuestro país. Ojo ahí.