A casi 14 días de sus polémicas declaraciones ante el tribunal de Los Ángeles, continúan surgiendo consecuencias a raíz de ese episodio.
Primero, la noche del lunes, Larry Rudolph, quien fue manager de Britney Spears durante 25 años, anunció a través de una carta dirigida a Jamie Spears y Jodi Montgomery, personas a cargo de la tutela legal, que renunció al cargo.
En la misiva, publicada por Deadline, explicó que hace más de dos años que no habla con la intérprete y que recientemente se enteró de sus planes de dejar de lado definitivamente su carrera musical, por lo que no habría necesidad de seguir trabajando con ella.
Además, dejó en claro que “nunca he formado parte de la tutela ni de sus operaciones, por lo que no estoy al tanto de muchos de estos detalles. Originalmente fui contratado a petición de Britney para ayudarla a administrarla y asistirla en su carrera. Y como su gerente, creo que a Britney le conviene renunciar a su equipo, ya que mis servicios profesionales ya no son necesarios”.
“Le deseo a Britney toda la salud y la felicidad del mundo, y estaré allí para ella si alguna vez me necesita de nuevo, como siempre lo he estado”, cerró.
A esta situación se suma lo informado por TMZ, quienes aseguraron que el abogado que representa a Britney Spears en su tutela legal, Sam Ingham, presentaría los documentos ante el tribunal para renunciar a su puesto, tal y como lo pidió ella el 23 de junio.
El medio aseguró que esto, más allá de darle conceder los deseos de la cantante, ocurren porque está muy molesto con ella luego de que dijera en la Corte que él nunca le presentó la opción de renunciar a su tutela legal.
Al contrario, según indicaron fuentes, él sí lo hizo en varias oportunidades, incluida la posibilidad de desligarse de las labores que cumple su padre como tutor legal, pero que ella “no quería”.