Hace pocas semanas Rupert Grint estrenó su cuenta en Instagram y en cuestión de horas sumó millones de seguidores. Con ello se sumó a Emma Watson o Tom Felton, que desde hace mucho tiempo mantienen sus perfiles en redes sociales que los han transformado en verdaderos influencers. Daniel Radcliffe, sin embargo, continúa totalmente ajeno a ellas.
El protagonista de “Harry Potter” es el único actor de la saga que no ha caído en la tentación, lo que ha llamado mucho la atención, entre otros motivos, porque a sus 31 años pertenece a una generación que ha crecido en un entorno digital.
Podría pensarse que lo hace con el fin de preservar su privacidad. Pero no es así.
Radcliffe confesó sus razones en la serie web de YouTube (irónicamente, una red social) “Hot Ones”, donde celebridades se someten a preguntas incómodas mientras prueban comida muy picante. Fue ahí, entre una y otra alita de pollo, que el actor se sinceró: su problema es que se trata de esas personas que no puede quedarse callada cuando lee algo que le molesta.
“Me encantaría decir que tengo alguna excusa intelectual para no tener redes sociales, pero lo cierto es que cada vez que he pensado abrirme un perfil en Twitter, acabo descartando la idea porque estoy convencido de que, si lo hago, la gente se despertaría todos los días con noticias hablando de mí porque discutí con alguien”, afirmó.
Contó que cuando era más joven le encantaba buscar comentarios sobre él en Internet. Pero “es la cosa menos sana que puedes hacer como persona. Una locura”, añadió, sentenciando que si tuviera Twitter, probablemente volvería a caer en lo mismo.