Conmoción y tristeza hubo este fin de semana en el círculo de guionistas chilenos ante el sensible fallecimiento de Nicolás Wellmann, autor de la película «El Cordero», ocurrido en la tarde del viernes recién pasado.
El reconocido guionista Rodrigo Cuevas, quien hoy escribe «Si Yo Fuera Rico» en Mega, quiso dedicarle unas palabras finales a su compañero y amigo, con quien escribiera «Peleles», «Señores Papis» y las últimas temporadas de «Los 80».
Inside Nicolás Wellmann
A Nicolás Wellmann lo conocí hace unos siete años. Estaba formando equipo para la teleserie “Peleles” y quería encontrar guionistas nuevos, que aportaran una mirada fresca. Una noche recibí un mail de Daniel Muñoz que decía escuetamente: “Encontré un guionista”. Adjunto venía el guión de una película que un grupo de jóvenes realizadores, La Santé, le había mandado a Daniel con la ilusión de que la protagonizara. Leí el guión de una sentada. Su protagonista había matado accidentalmente a un hombre y le atormentaba el hecho de no sentir culpa alguna. Daniel tenía razón; había encontrado un guionista. Pero no sabíamos nada de él. ¿Quién era este Nicolás Wellmann que firmaba el excelente guión de “El Cordero”? Matías Ovalle, productor ejecutivo de la teleserie, logró rastrearlo y nos reunimos con él en una oficina de Canal 13. Alto, corpulento, de grandes cejas negras, de aspecto intimidante, pero de una timidez que borraba de un plumazo lo que sugería su aspecto físico. Los 10 o 15 minutos que duró la reunión, estuvo sentado casi sin mirarnos y con su mochila agarrada sobre las piernas. Lo que pasó en esa oficina podría ser definido como una antientrevista de trabajo. Nico casi no habló y no hizo nada por venderse o auto promocionarse. ¿Tienes Experiencia? Eh… no, no mucha…. ¿Te gustan las teleseries? O sea… hace rato que no vea una. ¿Bueno… Te gustaría trabajar con nosotros o no? Me miró fugazmente y sonrío… Sí, sí… No fue mucho más que eso.
Se fue con la misión de hacer una prueba que consistía en escribir varias escenas en un período acotado de tiempo. Con Matías nos miramos desconcertados y nos reímos por el bizarro momento. Dos días después nos llegaron las escenas de Nico. Fue, por lejos, el mejor de todos los que probamos. Se quedó con el trabajo sin apelación. El guionista con menos experiencia del equipo pronto se hizo cargo de las escenas más complejas de la teleserie, aportando su gran manejo de personajes y agudo sentido del humor. A su indiscutible talento e inteligencia, sumaba un profesionalismo que nunca he vuelto a ver en el medio. Lo había leído y visto todo, y nunca dejó de estudiar. Comparados con él, somos todos unos aficionados.
Luego, Nicolás creó junto a Jonathan Cuchacovich la exitosa teleserie “Las Vegas”. Y nos volvimos a encontrar en la serie “Los 80”, donde escribimos juntos las últimas dos temporadas. Por su cuenta, hizo la serie “Príncipes de Barrio”, donde un joven humilde busca una segunda oportunidad en el mundo del fútbol. El 2015 nos reunimos de nuevo en Mega, para escribir la primera teleserie nocturna del canal, “Señores Papis”. Durante el 2017 decidió parar de hacer televisión porque quería desarrollar sus propios proyectos en cine y series. Y fue un año muy productivo, escribió el guión de una película, ganó un fondo estatal para una serie, y acababa de firmar contrato con un canal para desarrollar una ambiciosa serie histórica. Lo anterior es un recuento de los siete años de Nicolás Wellmann en el medio. Siete años increíblemente prolíficos. Siete años donde demostró su enorme talento y profesionalismo, su pasión por el guión y, por sobre todo, nos enamoró con su bondad, sencillez y profunda humildad.
El año 2014, yo escribía la última temporada de “Los 80” y enfermé de gravedad. Lo aconsejable habría sido que canceláramos de inmediato el proyecto. No estaba en condiciones médicas de terminarlo. O al menos no solo. Entonces apareció Nico al rescate. Él estaba terminando de escribir otra serie, en un proceso que había sido largo y extenuante. Sumarse a “Los 80” implicaba pasar de largo y quedarse sin vacaciones. Pero lo hizo sin chistar ni poner condiciones. Pocos lo saben, pero gracias al gesto de Nicolás Wellmann pudimos cerrar el ciclo de “Los 80” y mucha gente conservó sus trabajos y pudo llevar regalos a sus hijos esa navidad. El Nico era así, discreto, humilde, alejado de la autorreferencia y grandilocuencia que abunda en este medio. Por donde pasó dejó grandes amigos que el domingo llegaron en masa a despedirlo al Parque del Recuerdo.
Porque el viernes 9 de Febrero decidió partir. Dejó a una esposa, María José, y a su hijo de 6 meses, Santino. Quienes creíamos conocerlo, hoy estamos desconcertados y buscando una explicación. Nos atormenta la idea de que tal vez pudimos hacer algo para evitarlo, o nos arrepentimos de cada momento para estar con él que dejamos pasar. Tratando de encontrar alguna clave veo nuevamente “Inside Llewyn Davis”, película de los hermanos Cohen que tanto le gustaban. Llewyn Davis es un cantante folk que, con una guitarra a cuestas, deambula por el Nueva York de 1961, peleándosela a la angustia existencial. Los guiones eran para Nicolás lo que la guitarra para Llewyn Davis. Pero hoy me doy cuenta que Nico no solo era más bondadoso y amable que el personaje de los Cohen, también más complejo e insondable.
Hoy habría cumplido 38 años. Quienes acá quedamos nos encargaremos de que Santino Wellmann, cuando crezca, sepa de ese hombre y guionista extraordinario que fue su padre. Te lo debemos, Nico.
Rodrigo Cuevas
Guionista
Santiago, 12 de Feb. de 2018