El ex canal del angelito está viviendo el peor momento de su historia. Javier Urrutia cumplió la misión para el cual lo pusieron en la dirección del canal y que ni el sentido discurso de Yerko Puchento pudo frenar: el pasado viernes 25 de mayo se concretó el despido de doscientos setenta funcionarios, muchos de ellos históricos de la empresa, y su reemplazo por personal a honorarios proporcionado por la empresa española “Secuoya”.
La decisión fue resentida por los rostros del canal, quienes vieron a muchos compañeros de años perder sus trabajos con todo lo que ello implica. Algunos los manifestaron claramente, como lo hicieron Constanza Santa María y Ramón Ulloa al cierre del Teletrece de ese día.
En la semana posterior, la pena por los despedidos se combinó con la pena por los recién llegados. Una gran porción de los profesionales desechados rechazaron las miserables condiciones que Secuoya les ofreció para recontratarlos, por lo que no pudieron traer a todos los reemplazantes necesarios, y muchos de los que llegaron eran gente inexperta. El resultado no se hizo esperar: problemas de edición, de sonido, de continuidad, videos equivocados, etc. Así, la primera consecuencia del guillotinazo masivo de Urrutia fue la pérdida súbita de calidad de transmisión, la que va a durar mientras los nuevos técnicos aprenden a punta de ensayo y error, lo que es entendible para un canal chico o para un youtuber, pero no para Canal 13.
Resultó sumamente llamativo lo sucedido con el equipo de “Lugares que Hablan”. Despidieron a dos de los integrantes del programa de Pancho Saavedra, entre ellos al mítico “Catador”. Saavedra respondió suspendiendo las grabaciones y “poniendo su cargo a disposición”, es decir, amenazando con renunciar al canal de forma elegante, piola y de bajo perfil, con lo que logró que los devolvieran a sus puestos. Este episodio, aparte de hablar muy bien del gran corazón y lealtad con su equipo de (a partir de ahora) DON Pancho Saavedra, demuestra que los ejecutivos que toman estas decisiones solamente miran planillas Excel y no conocen mucho la industria televisiva. En su afán de economizar como sea estuvieron a punto de echarse a uno de sus mejores productos, un programa que le da sintonía y prestigio al canal, de bajísimo presupuesto y grandes resultados, que le gana en rating a “Morandé con Compañía” siendo cultural, y que hasta le permite rellenar tiempo al “Bienvenidos”.
Estos despidos masivos se entienden en el contexto de la crisis de la industria televisiva, donde los canales grandes aún no saben cómo competirle a Youtube, Netflix y el Cable, y donde ya no se justifican ni se pueden sostener dinosaurios administrativos como Canal 13. Este es uno de esos momentos en que hay que pensar en reinventarse y buscar otros horizontes y formas de ganarse la vida, lo cual resulta complicado para los que han hecho su vida laboral entera en el canal. Sin embargo, hay cosas que no calzan: 1) No se puede evitar pensar que con los sueldazos de muchos de sus rostros se podrían haber evitado despidos. No me puedo imaginar la incomodidad de Diana, Martín, Tonka y otros por esta situación. Muchos de ellos hacen muy bien su pega y se merecen las lucas que se ganan; 2) No hay cómo defender que se le pague un dineral a Raquel Argandoña por ir dos veces por semana al “Bienvenidos” sin que exista claridad que su presencia tenga un efecto considerable en la sintonía del espacio; 3) Cómo Canal 13, a sabiendas de esta situación, se mete en un cacho tan complicado y caro como hacerse cargo del Festival de Viña por 4 años, aunque sea en conjunto con TVN y FOX.
Pues bien, a partir de ahora hay que olvidarse de las grandes producciones. Salvo “Vértigo” (que tal como van las cosas no me extrañaría que ésta sea su última temporada), lo que “la lleva” en Canal 13 son programas baratos y efectivos como el mismo “Lugares de Hablan” y “Sigamos de Largo”; importaciones como “La Doctora Polo” y las teleseries turcas; refritos de refritos como “¿Qué dice el Público?”; y mucho programa de productoras externas, que se pueden empezar a hacer la América con todo esto. No me extrañaría para nada que empezaran a apelar al material del 13C o de REC TV para rellenar.
Lo de Canal 13 puede marcar el comienzo de una nueva época en la TV abierta. Secuoya ya puso sus ojos en los otros canales donde pretende extender sus dominios. Éste es el final de la era de las grandes empresas televisivas, y el inicio de otra, la de los canales administrativamente “livianos” y del auge de las productoras independientes.