Cuando de celos se trata, hay mujeres que no se andan con rodeos. Defienden lo que ‘es suyo’ con fiereza, aunque ello implique recurrir a los combos y patadas. La actriz Antonella Ríos fue una de aquellas, aunque reconozca que le ha ocurrido una sola vez en su vida.
La historia, que dio a conocer en el último capítulo del programa “Podemos Hablar” de Chilevisión, sucedió el año 2000, época en la que la intérprete pololeaba con un director de baile con el que realizaba performances en El Búnker. “Estaba muy enamorada”, reconoció.
“De repente llegó una chicoca, que más que chicoca era una mujer curvilínea, bastante atractiva”, contó, agregando, además, que en esa época viajó a Europa por sus estudios. “Era el final de mi titulación. Cuando regreso, lo veo (a su pololo) y me dice que me vaya porque hacía frío, y yo, que soy cachúa, porque soy chica, pará y cachúa, me quedé debajo de Chucre Manzur y veo cuando llega esta niña y se dan un ósculo”.
El episodio, explicó la actriz, la encegueció de celos, sobre todo porque a su juicio, “ella sabía que yo era pareja de él”. Entonces, la atrapó la rabia y la violencia. “La agarro del pelo y le pego patadas en el poto y le empiezo a gritar cosas súper feas, que en estos tiempos serían absolutamente juzgadas por mis pares. Súper poco sorora”, explicó.
En tanto y mientras se desarrollaba la pelea, su pareja trataba de separarlas, ocasión que aprovechó la mujer para realizar una maniobra “súper falsa” y rodar por el piso, llorando, retorciéndose y gimiendo, al tiempo que el hombre increpaba a la actriz: “Antonella, hasta cuándo con tus shows”.
“Le pegué, le pegué y le pegué hasta que me cansé (…) Sentía que era una traición global porque ella sí sabía que era mi pololo”, relató.
Pero luego dio un nuevo antecedente que dejó a los otros invitados atónitos y luego causó risas: le envió saludos a la mujer golpeada, a la que identificó con el nombre de Mónica. “Ahora somos amigas”, comentó Ríos risueña.