En un país donde las informaciones deportivas están dominadas casi exclusivamente por el fútbol, con frecuencia se omiten historias de éxito y superación ocurridas en otras disciplinas que deberían recibir el mismo reconocimiento. Es el caso del púgil chileno Joseph “el ruso” Cherkashyn, que hace unas semanas obtuvo el título Latinoamericano de Peso Medio del Consejo Mundial de Boxeo tras vencer al colombiano Alexi Rivera.
Con su victoria, Joseph Cherkashyn se convirtió en el mejor boxeador del continente de la actualidad y, sin embargo, la noticias apenas tuvo repercusión, pese a que el deportista ahora incluso piensa en una corona mundial.
“Soñar es gratis y, ¿por qué no acá en Puente Alto? Calidad nos sobra”, señaló la noche en que se proclamó campeón.
Pero, ¿quién es Joseph Cherkashyn? Esta es su historia.
Modelo y extra de comerciales
En una nota del portal Emol, el deportista explicó que sus abuelos llegaron a Chile desde Europa del Este huyendo de la Segunda Guerra Mundial. De ahí su nombre, sobrenombre y aspecto físico.
A su abuelo no lo alcanzó a conocer: falleció cuando el papá de Cherkashyn era niño. La misma suerte se replicó para el púgil tiempo después.
“Mi padre falleció cuando yo era pequeño. Se repitió la historia”, comenta, detallando que se cayó de una micro, no lo atendieron como era debido y murió, dejando a su mamá, Ivonne, sola y a cargo de seis pequeños. Tras el deceso del progenitor, su madre cayó en una fuerte depresión y Joseph se convirtió en un cimiento para su familia.
“Mi infancia duró muy poquito. Me tocó madurar antes, me tocó ayudar a mi vieja. Ella siempre fue comerciante. Yo iba a la feria con ella. Ya después de adolescente, me puse a trabajar en un lavado de autos para comprarme mis cosas y no ser una carga”, confidenció.
En el afán de ganar algún dinero, durante un tiempo también fue modelo y extra en diferentes tipos de producciones.
“Como éramos rubiecitos y de ojos claros (mi mamá) nos llevó a una escuela de modelaje. Me captó un tipo de una agencia. Estuve trabajando como uno o dos años como extra en comerciales, teleseries, eventos. Tuve un pasaje como actor y me tocó tener un protagónico en un videoclip de Alberto Plaza”, relata.
Todo gracias al boxeo
“El ruso” creció en un block de departamentos ubicado en Bajos de Mena. De ahí su fuerte arraigo con Puente Alto. Él y su familia vivían en situación de vulnerabilidad, consiguiendo pliegos de plástico para evitar que su vivienda se lloviera.
“En el edificio donde vivía, de 24 familias, cinco (de ellas) eran traficantes de droga. Hay ‘mexicanas’, balazos, es bien duro. Es una realidad poco alentadora”, reflexionó.
En ese contexto, el hoy boxeador, a veces se dejó llevar por las tentaciones.
“Estoy seguro que pude ser futbolista profesional. Fui goleador en el interescolar muchas veces. Tuve hartas oportunidades, pero en ese momento era un adolescente muy indisciplinado, no tenía conductas apropiadas para el deporte”, reconoce.
La presión de sus pares no fue de las mejores. «Andan fumando, andan carreteando y tú, como adolescente, no quieres ser menos. Te mezclas no más. Es lo que vives diariamente. Yo les decía a mis amigos que uno busca el respeto y en ese medio es el respeto de la calle. El del más choro por así decirlo”, detalló.
No obstante, siempre pensó que tenía que hacer algo grande con su vida, aunque no sabía qué. Hasta que llegó el boxeo. Tenía 18 años y al inicio solo quería aprender a pelear. Pero encontró un propósito. Al poco tiempo renunció a sus estudios de Administración de Empresas y dejó de trabajar para dedicarse a dicho deporte, pese a que en ese momento no le daba ninguna retribución económica.
Joseph Cherkashyn, que se alejó de las malas juntas y las fiestas, despegó rápido en la especialidad y consiguió varias medallas para el país siendo parte del Team Chile. En algún minuto paso del boxeo olímpico al rentado, en el cual ya ostenta un récord de 13 peleas ganadas y ninguna perdida, y quiere seguir escalando en el ranking para la oportunidad de disputar un título mundial. Para ello busca la fórmula que le permita poder prepararse en el extranjero.
Con 15 años de carrera en total, considera que gracias a esta actividad pudo salir adelante. “Soy universitario y profesor de educación física gracias al boxeo. He viajado por todo el mundo gracias al boxeo. Tengo una mujer que me ama, tengo mi casa, tengo mis cosas. Todo gracias al boxeo”.
Sangre, sudor y lágrimas
Entre sus logros, Joseph Cherkashyn también suma ser uno de los fundadores del gimnasio Pura Vida Boxing, donde hace clases porque no le alcanza para vivir solo de su carrera en el pugilato.
Y si bien ya no reside en Bajos de Mena, visita con frecuencia el sector para encontrarse con sus amigos e intentar que otros sigan su ejemplo y no se dejen llevar por el mal camino.
“Quiero ser un referente para los niños del lugar donde crecí. Si bien nos toca más difícil, porque los de Bajos de Mena empezamos 100 escalones más abajo, somos guerreros. Quiero que los niños de escasos recursos vean que se puede, si tienen una oportunidad la tomen, y con esfuerzo se puede salir adelante”, explicó el deportista.
Joseph Cherkashyn, de hecho, exhibe muchos tatuajes en su cuerpo, entre ellos la frase “Sangre, sudor y lágrimas” que luce orgulloso en el pecho.
“Siento que así ha sido mi vida. Sangre, sudor y lágrimas. Una vida bien dura. Pero no me siento un pobrecito, estoy agradecido por lo que me ha tocado vivir porque me ha hecho el hombre que soy. Me convertí en el mejor boxeador del continente”, reconoció el «ruso» a la publicación.