Existen pasados que no condenan sino más bien redimen. Como el de la periodista Priscilla Vargas, quien en su adolescencia supo sobreponerse a los malos ratos que en algún momento vivió en el colegio y también a ganar seguridad en sí misma.
Fueron datos curiosos que la profesional sacó a la luz cuando fue entrevistada por Giancarlo Petaccia a través de Instagram Live, y en los que dio a conocer historias como cuando, a los 15 años, fue concursante del Miss 17.
“Fui, postulé y quedé clasificada, seleccionada. Tú postulabas, y al día siguiente salías en la revista, que era furor en ese tiempo. Era un gran concurso de belleza”, comentó sobre la iniciativa.
El acto fue para ella una suerte de terapia para mejorar su autoestima, que en ese entonces era muy baja debido al bullying que le hacían en el colegio por sus espinillas.
“Me levantaba y no quería ir (…) Tuve que enfrentar esa cuestión, fue bien heavy. Pero salí en la revista y tuve un upgrade”, recordó.
Gracias a la ayuda de un dermatólogo y el tratamiento adecuado pudo superar ese trance hormonal propio de la pubertad, cuestión que cambió la vida de la comunicadora. “Fue otra cosa. Imagínate cómo me ayudó para el tema del autoestima”, reconoció.
Y con su postulación al reinado juvenil, terminó por asentar su seguridad: se terminaron las burlas y se convirtió en la chica famosa del recinto educativo. Sobre aquello, la presentadora de Mega recordó cuando un día llega al colegio y sus compañeras estaban impactadas con la noticia “Llegó como a las 8 y media, y todas las amigas viendo la revista, y salía yo”.
Luego quiso incursionar en el modelaje, actividad que realizó durante un tiempo, hasta que se dio cuenta que no era lo suyo. “Fui a distintas clases, era negada. Yo decía: ‘cómo que no me gusta esta cuestión’… Fui dos veces más y después me retiré”.
Su vocación por las comunicaciones se rebelaría un poco más tarde, de la mano a su amor fiel e incondicional por el mundo de las motos.