Hay decisiones que, por su naturaleza y forma en cómo se enfrenta hoy la vida moderna, resultan extrañas y casi imposibles de cumplir. Una de ellas es, por ejemplo, prescindir del teléfono celular, las redes sociales y de toda la conectividad que obliga a las personas a estar alertas las 24 horas del día. Yendo contra toda esa tendencia, Juana Viale puso distancia a su relación con los dispositivos móviles y hoy transita inmersa en la realidad diaria y concreta, sin el aparato que decidió no renovar tras perderlo hace tres meses.
La actriz hizo la revelación al regresar a la conducción de “La noche de Mirtha Legrand”, en reemplazo de su abuela de 94 años, quien aún no recibe la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19, por lo que evitan exponerla.
“Les quiero contar que perdí el celular hace tres meses… Soy mucho más feliz. Se me extravió y ahora toda la producción que trabaja conmigo está a punto de una crisis de nervios… Si vuelvo, tengo muchas ganas de volver al sapito (el antiguo modelo de teléfono almeja), ese que es solamente el teléfono”, explicó la intérprete, refiriéndose a aquellos aparatos que no admiten aplicaciones.
¿Y cómo lo está haciendo para comunicarse? Viale contó que es su hija, Ambar de Benedictis, de 19 años, la que le ve sus asuntos de conectividad. “Mis redes sociales me las maneja mi hija, que está trabajando conmigo. No contesta ni lee los mensajes porque dice que son míos. Entonces eso lo tengo que hacer yo”.
Aún así, no deja de reconocer los beneficios de vivir ‘desconectada’, sobre todo cuando percibe que el resto se la pasa buena parte del día con los ojos pegados a la pantalla.
“Es vida, yo la paso, real, mucho mejor. Y me doy cuenta, por la observación de no tener teléfono, el consumo de teléfono en el otro. Te llama mucho más la atención… Estoy subsistiendo bien… El resto no, pero bueno… Me hace feliz”, indicó orgullosa.