Después de los malos resultados de “Caleta del Sol” y “No Abras la Puerta”, TVN vuelve a disfrutar del éxito con “La Chúcara”, su teleserie diurna protagonizada por Antonia Santa María y Felipe Braun. Esto demuestra que una buena producción no depende del presupuesto que se tenga, sino principalmente de su historia y de cómo ésta se cuenta. En ese sentido, “La Chúcara” tiene varios elementos básicos que le permiten hoy atraer a la audiencia:
Es una telenovela contada inteligentemente desde su protagonista
Laura (Antonia Santa María) es quien maneja la acción y la que genera importantes sucesos capítulo a capítulo, lo que la convierte en un personaje muy atractivo y que mueve la historia.
Rompe con el protagónico típico de las teleseries de las tres de la tarde
Si nos remontamos a producciones anteriormente exhibidas en este horario, como “Esperanza”, “Simplemente Julia” o “Volver a Amar”, “La Chúcara” propone algo distinto, alejando a la protagonista del perfil de mujer sumisa. Esta vez posee una personalidad fuerte y empoderada, lo que le permite al espectador sentir que es una oferta distinta a la que le venían ofreciendo hasta el momento, sin que eso implique descuidar las reglas básicas del género.
Cuenta con una buena historia de amor
El atractivo personaje de Laura logra generar constantemente alguna respuesta positiva o negativa en los demás personajes. Pero es sin duda su relación con Vicente (Felipe Braun) donde está uno de los mayores aciertos de esta historia, algo que sus guionistas parecen tener muy claro. En estos primeros capítulos han dominado muy bien el juego de seducción entre ambos y han sabido poner a estos dos protagonistas en el eje central de la historia, sin nunca soltarlos, lo que hace que el espectador tampoco quiera soltarse de la trama y cambiar de canal.
Tiene triángulos amorosos claros y atractivos
Además de contar con una buena historia de amor principal, que se pondrá en juego con la llegada de Gracia (Bábara Ruiz-Tagle), la hermana gemela de la esposa fallecida de Vicente, la trama cuenta con otros llamativos personajes, que también tienen sus propios triángulos amorosos, pero que en ningún caso están por sobre la trama central, sino más bien potencian la historia de Laura y Vicente. De hecho, la mayor parte de los personajes secundarios tienen alguna relación con los protagonistas, lo que permite que muchos conflictos que ocurren dentro de la teleserie repercutan directamente sobre ellos, generando una cadena de sucesos que tienen como fin dificultar los objetivos de ambos, un elemento o requisito básico para una telenovela de estas características y que los guionistas han manejado muy bien hasta el momento.
Considera a la infaltable villana del melodrama clásico
Una teleserie de las tres de la tarde está obligada a hacer que su protagonista viva un sinnúmero de obstáculos antes de lograr sus objetivos. En ese sentido, la fórmula parece indicar que la presencia de una fuerza antagónica es sumamente necesaria para que la protagonista deba luchar hasta el último capítulo por lo que quiere, logrando que el espectador viva con ella todas las peripecias que deberá enfrentar, muchas veces producto de las maquinaciones de la villana, que en este caso está en manos de Adriana (Josefina Velasco), quien cumple con el perfil del villano del melodrama clásico y de las telenovelas nacionales que TVN ha exhibido en este horario, que han querido justamente levantar este género.
Cuenta con atractivas locaciones y uso de exteriores
De todas las teleseries nacionales que se han exhibido a las tres de la tarde, “La Chúcara” tiene uno de los escenarios más atractivos. Visualmente el fundo donde transcurre la historia le da mucha luz y aire a la teleserie y deja la sensación que, a diferencia de otras producciones en este horario, se le ha asignado a ésta un porcentaje mayor de exteriores. Ojalá no sea así solamente para los primeros capítulos y siga aprovechando esta locación, que aporta mucho a la calidad de la imagen de la teleserie.
Cabe destacar también las buenas actuaciones de la mayor parte del elenco, pero por sobretodo la actuación de Antonia Santa María en el papel de Laura, superando tal vez las expectativas de muchos. Por su parte, Felipe Braun no sorprende mayormente, pero cumple, con un papel que le permite alejarse del rol de villano que interpretó en “Volver a Amar”, uno de los grandes desafíos que tenía al ser nuevamente, y de manera consecutiva (como si no hubiera más actores en Chile), el protagonista de la historia.
Los demás factores de su actual éxito están dados fundamentalmente por el uso de una fórmula probada y ya utilizada por todas las telenovelas chilenas que se han exhibido en este horario: la lucha entre ricos y pobres, la mujer u hombre que se enamora de alguien perteneciente a otra clase social, con dos protagonistas que generalmente en el último capítulo quedan juntos luego de luchar por más de cien capítulos.
A pesar de ser la misma fórmula y tener un desenlace muchas veces predecible, el espectador quiere ser testigo de la cadena de sucesos que lo hará llegar al final que espera. Sin duda, en este caso esperará que Laura y Vicente queden juntos. Lo más probable es que así sea. De lo contrario, la única otra alternativa posible es que uno de los dos muera, como en el caso de “Ángel Malo”. Tendremos que esperar los noventa capítulos que quedan para saber cuál de estas alternativas es la correcta y si “La Chúcara” sigue siendo en unos meses más la historia que sube el rating de un alicaído TVN.