Existen cruces y relaciones inspirativas que alimentan creaciones, ideas y catapultan grandes éxitos. Cantantes, actores, escritores y artistas saben de esos “regalos” y los agradecen con nuevas formas de homenajear a quienes les abrieron la puerta de sus personales musas.
Un caso interesante es el que se dio entre Freddie Mercury y Elvis Presley, que, si bien este último no alcanzó a conocer ni la música ni el talento creativo del primero, para el vocalista de Queen, la figura del “rey”, a quien admiraba profundamente, fue fundamental en la composición de uno de los mayores éxitos del grupo.
Se trata de “Crazy Little Thing Called Love”, una canción con clara referencia y tributo a Elvis Presley, escrita por el líder de la banda inglesa en aproximadamente 10 minutos y mientras tomaba un baño de tina. Fue en junio de 1979 cuando Queen viajó a Münich para grabar el álbum “The Game”. Ya en el hotel y la habitación, Mercury decidió meterse en la bañera. Estando en ello, de pronto vino a su memoria una melodía rockabilly y la imagen de su ídolo de juventud: Elvis Presley. Rápidamente pidió una guitarra acústica para comenzar a trabajar en esta idea. Su asistente le llevó el instrumento envuelto en una toalla y el cantante se dispuso a componer la nueva canción en solo 5 ó 10 minutos, reconociendo después que la guitarra no era su fuerte. “No podía trabajar con tantos acordes y por esa restricción escribí una buena canción, creo”, dijo Mercury a la publicación Melody Marker.
Su grabación posterior tomó menos de una hora y se convirtió en uno de los mayores éxitos de “The Game”, disco que fue la catapulta para su desarrollo comercial.
Pero además de esta ruta musical, otro objeto unió a los músicos en cuanto a gustos: las bufandas. Lisa Marie Presley, hija del “rey del rock” y fanática de Queen, al enterarse de esta especial conexión de Freddie con su padre, decidió regalarle al frontman una de aquellas exclusivas piezas usadas por su progenitor, obsequio que Mercury atesoraría hasta el fin de sus días.