En una conmovedora entrevista publicada en la revista Sábado, Augusto Góngora, el otrora realizador audiovisual y responsable durante 20 años de la programación cultural de TVN, habla de su relación con la enfermedad que le detectaron a fines de 2014: Alzhéimer.
“Lloré y lloré. El día que me dijeron que tenía esta enfermedad, salí de la consulta y lo único que hice fue llorar”, relata a la publicación.
Pero a pesar del miedo, pudor y dolor inicial por la impactante noticia, por estos días dice ya no tener miedo. “Ya que tengo alzhéimer todo lo demás está abierto. Puedo equivocarme, pararme y conversar en la calle. Vamos para adelante”.
Paulina Urrutia, su mujer y apoyo incondicional, también ha sido su guía y compañera en este tiempo en que el periodista ya no puede leer y desplazarse sin compañía para evitar que se extravíe. “Cada día notas que algo que ayer estaba, hoy ya no está. La tarea que nos hemos puesto es muy bonita. No es una tarea ansiosa para que logre cosas o recupere lo que ya perdió; es simplemente para que aquello que va a perder, lo pierda lo más lento posible (…) si no, uno vive en el sufrimiento”, cuenta la actriz en la misma conversación periodística, en la que deja entrever el amor y buen humor que los une, pero también el pesar de que en el futuro Augusto Góngora se olvide de ella. “Ese es mi miedo”, confiesa.
De hecho, la ex Ministra de Cultura explica que lo ha integrado a sus actividades habituales no porque no pueda estar solo en casa, sino porque son un equipo. “No lo trato como enfermito. El toma muchas decisiones, resuelve muchas cosas, pero no es algo pensado, es algo natural entre nosotros”, dice.
Casi todos los días la acompaña al teatro donde estuvo actuando en la obra “La iguana de Alessandra”, donde compartían con el resto del elenco en el camarín. “A mí me gusta ir para allá porque sé lo que va a pasar porque lo he visto muchas veces, pero siempre hay algo nuevo. También me gusta hablar con todos”, cuenta el realizador.
Hoy, a los 66 años, el fundador de la productora Nueva Imagen, llena sus días practicando Pilates tres veces por semana, tiene sesiones de terapia ocupacional y estimulación cognitiva, en las que hace puzzles y sudokus y recorre el mapa de sus recuerdos: el cerro San Cristóbal, las casas donde vivió cuando era niño y el Museo de la Memoria.
“Fuimos a mi casa de Ejército 3-4-0”, recuerda. “¿Era casa o departamento?”, le pregunta Paulina” “Departamento, segundo piso”, responde él y la actriz le dice que un ‘seco’. “Se acuerda de todo usted”, le comenta la periodista que lo entrevista. “Y eso que tengo alzhéimer. Leve, pero tengo”, exclama Góngora riendo satisfecho.