Comunicar y hacer reír en medio del silencio es un arte que el cine mudo supo destacar en sus pantallas del 1900, con figuras tan emblemáticas como Buster Keaton y Charles Chaplin, quienes solo a través de acciones y gestos sacaban carcajadas a los espectadores.
Pero en el siglo XXI, esas lógicas que parecen pasadas de moda; primero con el reinado de la sonoridad y luego el inmenso universo de aplicaciones, plataformas y efectos de edición; han sido el mejor recurso para el éxito de Khaby Lame, quien, gracias a sus videos realizados en completo silencio, se ha convertido en el segundo creador más popular en TikTok -sólo aventajado por Charli D’Amelio, una bailarina adolescente de California- con 114 millones de seguidores.
“Se me ocurrió la idea porque estaba viendo estos videos circulando y me gustó la idea de darle algo de simplicidad”, explicó a CNN el joven de 21 años, que vive en Italia, pero es oriundo de Senegal.
Según ha contado, todo partió tras perder su trabajo en una fábrica cercana a la ciudad de Turín, durante la primera cuarentena que afectó el año pasado a Italia. En medio del encierro, un día descargó TikTok y comenzó a publicar videos de sí mismo bailando, mirando videojuegos o haciendo acrobacias. Pero a comienzos de este año decidió reírse de publicaciones absurdas y sin sentido sobre aspectos de la vida diaria. Así, sus clips hacen una sátira de aquellos que realizan trucos muy complicados para tareas triviales, mostrando luego la misma, ahora efectuada de manera simplificada. Todo, sacudiendo la cabeza en actitud de desaprobación, levantando las manos o en otros casos poniendo los ojos en blanco, pero particularmente, sin emitir una palabra.
En un video, por ejemplo, el senegalés pela un plátano de la manera habitual, esto es, con las manos, respondiendo a un video en el que se ve una persona haciéndolo con un cuchillo. O a otra intentando entrar al auto luego de prestarle el vehículo a su hermana (claramente de menor tamaño), aspecto que luego Lame soluciona corriendo el asiento con la palanca de ajuste respectiva.
“El tipo de gesto vino por casualidad, pero el silencio no. Pensé en una manera de llegar a la mayor cantidad de gente posible. Y la mejor manera era no hablar”, explicó Lame al medio informativo, respecto de estas reacciones silenciosas, pero absolutamente expresivas.
Si bien no tiene claro cuál es el secreto de su éxito, reconoce que puede ser su gestualidad y simpleza. “Tal vez porque mis expresiones faciales son divertidas y hacen reír. Esta simplicidad hace reír a la gente y me encanta”.