El martes, Kevin Hart era el feliz próximo maestro de ceremonias de los próximos premios Oscar. Pero no alcanzó a pasar una semana y el actor y comediante estadounidense debió renunciar a ser el presentador de la gala más importante del cine, acosado por las fuertes críticas que recibió a raíz tuits suyos de tono homofóbico publicados entre 2009 y 2011, los que volvieron a ver la luz.
«He tomado la decisión de renunciar a presentar los Óscar de este año porque no quiero ser una distracción en una noche que debería ser celebrada por tantos artistas talentosos e increíbles. Pido perdón sinceramente a la comunidad LGBTQ por mis contenidos insensibles del pasado», escribió el artista en Twitter.
«¡Acabo de ver al gay más grande de la historia! Este tipo parecía Hulk Hogan con tacones. ¡No puedo mentir, me asustó!», escribió en uno de esos antiguos mensajes. También aseguró que impediría a su hijo jugar con casas de muñecas porque «eso es gay», entre otros.
El actor primero reaccionó con dos vídeos en Instagram en los que, sin pedir disculpas, aseguraba que el mundo está yendo «más allá» de la locura con la polémica. «Chicos, tengo casi cuarenta años. Si no crees que la gente cambia, crece y evoluciona cuando se hace mayor, no sé que decirles», dijo en el primer vídeo.
Luego se retractó vía Twitter y, tras resignar su presencia en los próximos Oscar, escribió. «Lamento haber hecho daño a la gente… Estoy evolucionando y quiero seguir haciéndolo (…). Mucho amor y agradecimiento a la Academia. Espero que nos encontremos de nuevo”.