El reconocido actor es una estrella de Hollywood que hoy puede darse el lujo de elegir los proyectos en los que se involucra (cayendo a veces en decisiones desafortunadas), pero ello no siempre fue así, ya que, tal y como reveló en una entrevista concedida a la edición estadounidense de la revista GQ, fue vetado en la industria cinematográfica y vivió en «la cárcel de películas», según sus propias palabras.
Todo se debió a que la poderosa productora Fox no le perdonó el haber rechazado protagonizar la segunda parte de «Máxima velocidad», continuación de la historia que Keanu Reeves protagonizó en 1994. Según explicó, su negativa fue porque prefirió hacer la obra teatral “Hamlet” en un teatro de Winnipeg, Canadá, y ante ello, la firma lo sustituyó con Jason Patric y dejó de llamarlo para sus producciones.
Cabe señalar que la primera entrega de la saga superó los 350 millones de dólares de recaudación, cuando solo había costado apenas 30 millones. La segunda parte, en tanto, llegó a los 115 millones de dólares, con un costo de 160. «No volví a trabajar con Fox hasta ‘El día que la Tierra se detuvo'», comentó el artista de 54 años.
Sin embargo, Reeves ha tenido una carrera prolífica y muy bien pagada, sin que le falten ofertas, especialmente de películas de acción y con secuelas, como la saga “John Wick”, cuya tercera entrega se estrena en mayo. Por eso, en la revista GQ aseguró que continuará filmando «mientras mis piernas me lo permitan, mientras la audiencia lo quiera».