El actor regresa a las producciones en la nueva apuesta nocturna de Canal 13 con un personaje que, asegura, dista bastante de lo que fue «El Señor de la Querencia». En conversación con Fotech.cl entregó detalles de este nuevo rol, así como también comentó el panorama que vive la ficción nacional, particularmente tras el éxito que arrastra Mega desde 2014.
¿Cómo va todo el proceso de las grabaciones de la teleserie ahora que ya está el elenco completo de “Río Oscuro”?
Va viento en popa, como dicen. Estamos re felices, contentos, con ganas de que esta máquina no solo prenda el motor, sino que empiece a avanzar por este sendero. Está todo dado, el elenco está muy afiatado, ya nos vimos todos en la realidad y ahora a empezar a tener esta relación de los personajes dentro de esta historia, que se empiezan a mover todos los engranajes.
Cuéntanos un poquito de qué se trata tu personaje…
Es Juan Echeverría, es el terrateniente, el mandamás, el poderoso de este pueblo de Río Oscuro. Tiene las características de ser un personaje muy seductor, pero no lo digo en el sentido con las mujeres, sino que seduce a todos. Es penetrante, es alguien encantador, no tiene que hacer mucho esfuerzo para que se le entienda, no es un Señor de la Querencia. Es un personaje tremendamente psicológico, dentro de él no hay un personaje específico, son dos, tres cuatro, cinco personalidades dentro de una sola, eso le da la complicación al personaje y lo atractivo para el actor.
Tú mismo dijiste, cuando leímos la descripción muchos se acordaron de este Señor de la Querencia, ¿se parecen en algo?
No es la característica de este personaje. El Señor de la Querencia era un vómito, no había mucho que pensar y… Pinochet o Contreras, ese tipo de hombres. Este es mucho más psicológico, por lo tanto mucho más filoso y peligroso. Ahora, ojo, en esta teleserie no todo es lo que aparenta ser. La gente puede encontrarse muchas sorpresas, puede estar muy convencida de que es terrible, pero puede que esté tremendamente equivocado. Hay que seguir esta historia, actoralmente es muy atractivo, hay un elenco de primera categoría, es exquisito trabajar con gente con la que no había trabajado nunca, con actores que hemos estado un poquito dispersos por el cierre de las áreas dramáticas, pero se han armado equipos bien interesantes y este es uno de ellos.
¿Cómo ha sido volver a Canal 13? En algún minuto dijiste que no volverías tras un conflicto…
Si me hubiera llamado Canal 13, no vuelvo. Yo estoy trabajando con Pablo Ávila, estoy trabajando con la productora AGTV. Sí, hay una delgada línea, un borde… Pero no es el equipo administrativo el que me contrata, yo con ese equipo tengo otras cosas pendientes. Yo estoy con Pablo, ya había trabajado con él antes y volví a trabajar porque tuve una muy buena experiencia con él y aquí estoy. Si toca que salga por Canal 13, podría salir por canal 27 de cualquier lugar del planeta. Tengo esa convicción, puede que me digan ‘ah pero es lo mismo’, pero no lo es, no es la gente que me contrata, yo no estoy firmando con ellos. Mi cuento es con Pablo.
También vuelves a trabajar con Víctor Carrasco…
Gracias a Dios. Me ha tocado, hemos compenetrado muy bien con Víctor siempre, después de esa tremenda pega que fue El Señor de la Querencia, me resulta un lugar conocido, más vale diablo conocido que diablo por conocer. Así que con este diablo estoy bien.
Tu personaje tiene dos hijos y hay un tema con tu hija que es Josefina Fiebelkorn, que va a tener un romance que no te va a gustar mucho…
Puede ser. La verdad es que si tú dices eso, por algo lo dirás. No estaría muy seguro de eso, además que no puedo contarte. Este personaje nadie sabe lo que está pensando. Te puede jurar de guata que una cosa es así, pero tiene un mundo interior enorme.
En esta teleserie, a diferencia de otras, nada se puede dar por hecho…
Nada se puede dar por hecho y no es para vender la pomada. Está escrito, nosotros mismos nos sorprendemos y eso lo hace muy atractivo para nosotros también. En el camino nos vamos tropezando a medida que vamos leyendo el guión.
¿Ves teleseries?
No. Tarde, mal y nunca. Sólo donde trabajo yo. No es por falta de cariño ni nada de eso, no soy consumidor de teleseries, soy consumidor de mi trabajo.
¿Te gustan los thrillers? Está terminando “Pacto de Sangre”, entró “Juegos de Poder” y ahora viene “Río Oscuro”. Al público le ha gustado…
Sí, porque nos gusta la acción. Hubo mucho tiempo que se hicieron ‘teleseries mexicanas’, con mucho respeto. La típica. Son nuevos tiempos en que no se le está dando tan fácil al espectador y no se le está dando tan fácil a los actores, entonces es súper atractivo meterse en esas entrañas, que no sea tan fome como era antes.
¿Crees que el público va a enganchar con “Río Oscuro”?
Absolutamente, no me queda ninguna duda. Y algún trono va a caer. Yo doy mi palabra a pie junto. No es bueno para nadie que esté sucediendo ese monopolio, esa carrera donde participa sólo un caballo y sale primero, es lo más fome que puede existir. Con competencia hay más pega, hay más calidad, los actores tienen más trabajo. Si podemos aportar con un granito de arena enorme para que eso suceda, bien. Vamos a compartir el podio.
¿Cómo has visto lo ocurrido con el área dramática de TVN?
Una pena. Yo no entiendo, son nuevos tiempos, algo pasó de pronto, no pareciera ser accidentada, ni pareciera ser malas decisiones. Yo lo encuentro más planeado todo, no sé. No encuentro que sea casualidad esta debacle que pasó de repente y que mandó a las pailas las áreas dramáticas más importantes de la televisión chilena. Es raro, pero bueno, es la realidad que estamos viviendo y se sabrá en algún momento qué pasó, pero así es el mundo, siempre pasan cosas extrañas y lo importante es que hay trabajo y hay que seguir trabajando para que haya más trabajo.
Muchos actores se han negado a trabajar con productoras porque no les gusta. ¿Por qué se da esto?
Es un cambio, yo sentí mucho la debacle de las áreas dramáticas. Me dolió que se fueran a comprar teleseries a cinco pesos, eso es un gran negocio para la gente que hizo el negocio y maravilloso, a algunos les fue la raja y los aplaudo por eso. Pero lo que sucedió dentro fue espantoso, quedaron actores sin trabajo, una pena ver las áreas dramáticas deshechas, los camarines con olor a un aire de despojo, de soledad, de abandono. Es lo que nos toca vivir, es lo que pasó. Nada de gratuito. Estas cosas de repente tienen algo más, nadie me va a convencer de lo contrario de que no fue pensado y repensado. No entiendo como cosas tan bellas y representativas como las áreas dramáticas de los canales, y mucha gente quedó sin trabajo. Pasaron cosas espantosas, a alguien le conviene que las cosas sean así, a los invisibles de siempre.
Un colega tuyo decía que a veces molestaba que en las teleseries se mostrara la realidad del “pueblo”…
Puede ser, no sé. A mí no me molesta nada mientras sea honesto y transparente. La cosa rara me calienta, me da pena. No es justo y en cuanto a la productora, creo que la de Pablo Ávila está haciendo las cosas muy bien. No he visto “Pacto de Sangre”, pero sí se lo que pasa y es una señal de que la está haciendo bien. Yo estoy aquí trabajando y me doy cuenta de que lo está haciendo súper bien.