Este domingo se dio inicio a una nueva edición del Festival de Viña, el evento musical latino más importante. Fue una noche marcada por presentaciones femeninas y acá analizamos cada uno de los shows de la noche.
Conductores: María Luisa Godoy y Martín Cárcamo. Justos y precisos. Se nota el oficio.
Karol G: Quedé gratamente impresionado. Es mucho más que la “Reina del Género Urbano”. Es una artista de verdad, una bestia del escenario. Alternó perreo intenso con pop de gran nivel, donde incluso se atrevió con canciones acústicas. Tenía DJs y pistas, pero también instrumentistas de verdad, en especial la baterista y la guitarrista. Su show tuvo tres momentazos: la aparición del urbano chileno Cris MJ para cantar “Una Noche en Medellín”, la Gaviota de Oro a Matilda y, en especial, el retorno a la Quinta Vergara de Myriam Hernández después de 17 años para entonar a dúo “El Hombre que yo amo”. Aparte de sus cualidades como artista, Karol G conquistó con su simpatía y honestidad en el escenario. Da gusto ver un show donde se nota que la artista muestra genuina alegría y disfruta de lo que está haciendo. La doble gaviota se quedó corta para ella.
Pamela Leiva: La hemos subestimado todos estos años. No era fácil salir después del pedazo de show de la Bichota, y Pamela rompió el hielo con facilidad. Hizo gala de desplante, chispeza, picardía y oficio. Construyó una sólida rutina a base de reírse de sí misma, de situaciones por las que seguramente sufrió en su momento. Su ex esposo se fue más funado que Piqué. Cargada al garabato y al doble sentido, lo que resulta esperable en horario para adultos. Además, incluyó un involuntario homenaje a Los Indolatinos y un baile final con Fabricio, Thiago y un recuerdo del Axé. Doble gaviota más que merecida. Da gusto ver que la gente buena, honesta y esforzada cumpla sus sueños.
Paloma Mami: La cantante tuvo que lidiar con demasiados imponderables. Partió a la hora del níspero, la apuraron, les negaron el acceso a sus artistas invitados y con muchos problemas de audio (¿habrán llevado al sonidista de “Rojo”?). Sumamente injusto para una de las líderes actuales de la escena nacional, con un público que se quedó en masa a esperarla. Todo ello deslució una puesta en escena digna de artista clase A, con un cuerpo de baile que no tiene nada que envidiarle a los de los urbanos extranjeros. Hizo bien en juntar experiencia y repertorio para llegar a este escenario. Si a los 23 años es capaz de montar este nivel de show, habrá que prepararse para lo que hará después. Merecida doble gaviota.
Notas aparte: 1) Hay que pensar seriamente en incluir a los DJ como parte integral de la orquesta; 2) Myriam Hernández tiene que volver con show propio el 2024. Es una artista respetada por su trayectoria e idolatrada por sus colegas más jóvenes que la consideran una maestra y una referente. Suma una colaboración con Javiera Mena y apariciones en shows de Mon Laferte y ahora Karol G.
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