El Maradona del periodismo argentino no alcanzó a llegar al 2025. El 30 de diciembre, Jorge Lanata por fin pudo descansar después de medio año de agonía.
Simplemente, no pudo más. Más de 60 años de edad, obesidad mórbida, diabético, con un riñón trasplantado, fumador empedernido y un carácter conflictivo. Resistió más que muchos en su situación. En el hipotético caso de que sobreviva, iba a quedar postrado en cama, sin posibilidad de retomar su carrera y lo que vendría sería mantenerlo vivo, en un proceso doloroso y desgastante.
Estaba claro que su carrera en los medios ya había llegado a su fin. Queda la sensación que, de haberse cuidado de verdad, habría tenido cuerda para al menos diez años más.
Un referente ineludible del periodismo. Un conocido periodista chileno me dijo hace años que, en el fondo, “el periodismo es un oficio con ínfulas de profesión”. Jorge Lanata es la mejor muestra de que cualquier persona razonablemente culta, curiosa, inteligente y preparada puede ejercer el periodismo sin necesidad de estudiar la carrera. Nunca pasó por aulas universitarias, se hizo periodista en el fragor del oficio, y terminó siendo el máximo ícono de la prensa en su país, y en inspiración y escuela para muchos periodistas posteriores.
Una factoría inagotable de medios y productos audiovisuales. Creador de medios relevantes y marcadores como los periódicos “Página 12” y “Crítica de la Argentina” y de programas que marcaron pauta en televisión como “Día D”, “Detrás de las Noticias”, “Después de Todo”, “Hora 25” y, en especial, el exitoso ciclo “Periodismo para Todos” (PPT); fue primera sintonía por años con el matinal informativo “Lanata Sin Filtro” de Radio Mitre; realizó documentales notables como “BRIC”, “Deuda” y “26 personas para salvar el mundo”.
La mezcla perfecta de periodismo y show
En términos chilenos, Lanata tenía el rigor periodístico de Mónica González y el sentido del espectáculo de Don Francisco. Supo mezclar el periodismo de investigación de primer nivel con una notable capacidad para el show. Esto incluso lo llevó a ser parte del espectáculo revisteril “La Rotativa del Maipo” en el teatro Maipo de Buenos Aires, algo impensado para periodistas “serios”. Sus programas mezclaron el contenido serio con buenas dosis de humor, sarcasmo y un constante coqueteo con la farándula. Una gran muestra del “estilo Lanata” fue el mítico videoclip de la canción «La argentinidad al palo» de La Bersuit Vergarabat, el cual dirigió, y que ilustra de manera sumamente cruda, con profundidad y humor, las pellejerías de la idiosincrasia argentina.
Maestro del sarcasmo y la performance. El “gordito golpista” se destacó por sus ingeniosos recursos mediáticos, como publicar una edición de Página 12 en papel amarillo luego que el entonces presidente Carlos Saúl Menem les diera ese calificativo; salir disfrazado de futbolista después que hicieron competir a PPT con transmisiones de partidos de la Primera División argentina en 2013; sus recursos didácticos para ilustrar sus investigaciones; los sketchs humorísticos plenos de sarcasmo y humor punzante, con participación de destacados actores y comediantes como Malena Ginzburg y la talentosa imitadora Fátima Florez, la misma que fue pareja de Javier Milei hasta hace algunos meses; y la genial idea de “Soldaditos”, una sección de PPT durante los años de pandemia en la que usaban juguetes y figuras de plástico para explicar la contingencia con fuertes dosis de ironía.
Un penoso final para Jorge Lanata
El final de su vida transcurrió en medio de una cruenta polémica en Argentina por la disputa mediática entre su última esposa, la abogada Elba Marcovecchio (a la que se acusa de ser una «viuda negra», de atentar contra su salud y de robarle cosas de su apartamento) y sus dos hijas Bárbara y Lola, de sus matrimonios con Andrea Rodríguez y Sara Stewart Brown. Una vil y vulgar pelea por la herencia que alcanzó ribetes de escándalo farandulero de baja ralea, mientras el periodista luchaba por su vida.
Coherente hasta el final. Te podía caer bien o mal Jorge Lanata, pero nadie puede negar que el tipo fue consecuente con su discurso. Cuando la pelea familiar llegó al escándalo, Elba Marcovecchio pidió a los tribunales argentinos la prohibición de informar públicamente sobre lo de Lanata, a lo cual una jueza inicialmente accedió. Esta medida, aparte de absurda y antidemocrática, atentaba contra el discurso pro-libertad de expresión que ha sostenido el propio Lanata durante toda su carrera.
A los pocos días, y a petición expresa del propio Lanata (quien habría sido consultado en su lecho de enfermo, y en ese momento aún estaba consciente y en sus cabales), se levantó la medida. Hay que tomarle el peso a esto. Lanata estaba postrado, peleando por su vida y en medio de una disputa familiar de poca monta que seguramente lo tenía triste y avergonzado. Y, aun así, fue consecuente con su postura a favor de la libertad de expresión, al punto de renunciar al blindaje mediático a sabiendas que el momento más complicado y miserable de su vida está quedando expuesto a la luz pública.
Fue de verdad
Durante su carrera fue un crítico acérrimo de todos los gobiernos argentinos, incluso de Fernando De La Rúa y Mauricio Macri, por los que votó en su momento. Fue un verdadero azote, una pesadilla para Cristina Fernández y el Kirchnerismo. Al menos la primera época de PPT se centró en investigar la corrupción grosera y flagrante del clan Kirchner, con episodios memorables como el de “La Ruta del Dinero K”, que incluso le valió reconocimiento internacional.
Se le va a extrañar mucho. A sus 64 años, Jorge Lanata tenía mucho más que aportar. Me pregunto cómo hubiera sido la cobertura de PPT al accidentado gobierno de Javier Milei y a las escandalosas revelaciones en torno a su antecesor Alberto Fernández. Al menos dejó como legado a un grupo importante de periodistas que lo acompañaron en PPT y en Radio Mitre a los que sirvió de mentor y podrán continuar con su legado: Nicolas Wiñazki, Luciana Geuna, Diego Leuco, Mariel Fitz Patrick, María Eugenia Duffard, María Julia Oliván, Cecilia Boufflet y Jessica Bossi, entre otros.
¿Quién sería el «Lanata chileno»?
Durante mucho tiempo lo fue Víctor Gutiérrez. También pudo ser Constanza Santa María en la época de «Pantalla Abierta». A Tomás Mosciatti le falta sentido del espectáculo para eso. ¿Quién despunta en el futuro?
NICOLÁS COPANO. Veo que Nico muchos de los elementos que caracterizaron a Lanata: mezcla de periodismo serio con show-business; partió desde abajo. Incluso tiene cosas a favor: se está titulando de periodista (Lanata nunca pasó por la universidad), no fuma y logró vencer al sobrepeso.
Simplemente Irremplazable. A mediados de octubre se rumoreó que Alejandro Fantino tomaría el lugar de Lanata en Radio Mitre en los próximos meses. Fantino negó los rumores, y su respuesta respecto a la idea indica el peso mediático de Jorge Lanata. “La versión de los colegas era que yo hubiera ido a reemplazar a Lanata. Yo sueño y rezo para que Jorge vuelva al aire para tener su lugar. Además, si así él decidiera o no pudiera volver, estamos hablando de un irremplazable. Es un número uno. (…) A mí no me da el cuero para ponerme el traje de Lanata». Reemplazar a Jorge Lanata en las comunicaciones es como reemplazar a Lionel Messi en la selección argentina o a Gustavo Cerati en Soda Stereo.