Jim Carrey saldrá del aislamiento en el que ha estado sumido los últimos años para protagonizar “Kidding”, una serie de televisión en tono de comedia de ocho episodios centrada en Jeff, un popular personaje de la pantalla chica que luego de sufrir una desgracia trata de conciliar sus dos caras, la pública y la privada. Un papel que suena autobiográfico, aunque Carrey afirma que no lo es.
Carrey, primera estrella de la gran pantalla que cobró 20 millones de dólares por una película, ha estado alimentando una fama de raro, dejándose una larga barba y llevando una vida separada de Hollywood, pintando y esculpiendo en un taller ubicado en su mansión, de la que apenas sale. “No sentía que pertenecía a esta industria. No me importaba la fama ni necesitaba comprarme otra casa”, contó el actor nacido en Canadá al diario español El País.
No será su primera experiencia televisiva. Entre 1990 y 2001 trabajó en la serie “In Living Color”. Sin embargo, Carrey no ve su participación en “Kidding” como un regreso. Él afirma que se trata de “un juego, lo que pasa que es en serio”, en el que se interesó por la calidad del guion y el hecho de que la dirección esté a cargo de su amigo Michel Gondry, a cuyas órdenes se puso en la estupenda película de 2004 “Eterno resplandor de una noche sin recuerdos”.