Estuvimos con Jennifer Warner, la flamante nueva animadora de «Intrusos«, quien habla de su regreso a la conducción, del futuro de la farándula, y de las prioridades en esta etapa de su vida. También nos comenta cómo abordará el reencuentro televisivo con Pamela Jiles, con quien protagonizó un conflicto cuando ya se aproximaba a dejar «S.Q.P» debido al estilo confrontacional que estaba teniendo el programa.
Jenny, cuéntanos cómo han sido los primeros días en “Intrusos”, marcados por tu regreso a la animación.
Ay, han sido súper entretenidos, yo creo que era lo que necesitaba personalmente de hace mucho tiempo, estar a cargo de un proyecto, volver a estar en la conducción de un programa exitoso. Y bueno, muy emocionada con la respuesta del público, del cariño de la gente de todo lo que son las redes sociales, y de la cobertura mediática que he tenido, ha sido sorprendente. O sea, yo nunca había salido tanto en los diarios ni en internet como esta semana, estoy como impactada. Y también me siento feliz de ser honesta, de haber contado lo de la operación (en la papada y la cintura), creo que fue un golpe también que ni yo misma esperaba de la consecuencia, de ser honesta con la gente, no andar con mentiras, para qué… esa soy yo, la gente me quiere por ser así.
¿Echabas de menos la adrenalina del rating online, de la muela en la oreja?
¡Obvio, obvio! Soy un animal de televisión, siempre lo he dicho. El próximo año voy a cumplir veinte, dos décadas trabajando en este medio. He estado en todos los canales, menos en UCV, y en definitiva me encanta el teje y maneje del programa diario, franjeado, competitivo.
Hoy te vemos a ti y tus compañeros fundadores de «Sálvese Quien Pueda», como Cristián Pérez, liderando programas del mismo estilo. ¿Te sientes marcada por la farándula?
De alguna forma, sí, porque yo creo que la gente le gusta verme en este ámbito, entonces en definitiva era una situación que iba a decantar en cualquier momento. Faltaba que llegara la buena oferta que se presentara para poder tomarla de nuevo entre mis manos. A mí me encanta, me apasiona, mis mayores logros profesionales han estado en este ámbito, en el mundo del espectáculo. Y hoy estoy en una etapa de mi vida mucho más madura, con una claridad a nivel personal profunda diría yo, de saber cuál es el foco de mi vida. Para mí este es mi trabajo, lo amo, me gusta ganar, ser la mejor, pero toda mi energía está puesta en mis hijos y en mi hogar, que eso es mi mejor programa y mi mejor rating.
¿Pero cuando te llegó la oferta le diste muchas vueltas?
No, era algo que el canal también quería lograr conmigo. Yo de verdad que siento que La Red ha sido súper generoso, que después de haber estado casi un año viviendo en China, me hayan mantenido mi contrato. Y no, no lo dudé ni un segundo, además cuando me dicen vas a trabajar con tu director (Pablo) Venegas, con (Mauricio) Weitzel, que es mi editor en la oreja ahora, con Avello, con Villouta, con la Pamela incluso, con la que tuvimos ahí sus rencillas, me pareció demasiado chistoso. Es demasiado especial, es como un deja vu, falta el Chico Pérez, el Nacho (Gutiérrez) y la Carola julio y vamos pa’ delante… y la Luciana Salazar (se ríe).
Has dicho que hoy la farándula la ves más familiar. Es fácil decirlo, pero en concreto en qué se refleja en pantalla.
Sí, en que la composición de la audiencia es súper mezclada, a nosotros nos ven jóvenes hasta abuelitas, la composición del target es mucho más familiar. Y también porque siento que es amable, no hay tanta maldad detrás del foco de la noticia. Si tú puedes ver el proyecto que hacemos nosotros, es muy golpeador, que siempre trata de llevar noticias de contenido propio, pero los momentos más divertidos son cosas relacionadas con el humor. No por nada los programas están girando un poco su línea editorial hacia esos temas.
Se habla actualmente de una leve disminución en sintonía en este tipo de programas.
Yo creo que la baja en sintonía que han vivido todos los proyectos de farándula tienen dos razones específicas: la sobrepoblación de contenido farandulero en todo ámbito, como radio, internet, televisión, redes sociales, y que también la gente no puede encontrar muchos más personajes, nuestra realidad es muy pequeña, y nos damos vuelta con el mismo grupo de figuras. Yo creo que hay que reactivar, reencantarse con el género, abriéndolo hacia otras temáticas, hacia otros ámbitos de investigación, farándula política, deportiva, etc. Hay mucho por hacer todavía.
Te va a tocar moderar a José Miguel Villouta y Pamela Jiles, que hacen comentarios bastante potentes.
Pero a mí me encantan… Los dos los encuentro ácidos, agudos, muy sagaces, en realidad todo el panel de Intrusos es de primera categoría. Son gente que lleva mucho tiempo dedicándose a esto, que tiene muy buenas fuentes, que se preocupa de chequear mucho las cosas antes de decirlas al aire. Y nada, ninguna aprensión con trabajar con ninguno de los dos, esperando que la Pamela vuelva de vacaciones, estoy anhelante de verle su cara.
¿No has conversado con ella después del episodio tras el cual saliste al poco tiempo de «S.Q.P»?
Nos hemos encontrado en el Festival de Viña, en el canal cuando estuve animando “Los Profesionales” y cosas así, pero al aire no hemos trabajado nuevamente conmigo ejerciendo el rol de animadora en un proyecto donde ella es panelista. Es muy chistoso, la vida es muy circular, por eso hay que salir bien de todos los lugares donde uno trabaja (se ríe).
¿Y hay alguna conversación pendiente o simplemente al aire se dará el encuentro?
No sé, ella tiene un juego pensado por lo que pude intuir, así que bueno, voy a dejarme llevar por su creatividad y dejar que fluya; si ella tiene su show armado, que lo haga… la Pamela es muy chistosa, es una parte muy importante del programa.
Quizá tus finales fueron pocos felices como panelista de farándula en “Buenos Días a Todos” y “Mañaneros”. ¿Te sientes más valorada como animadora que como panelista? ¿Y más cómoda en ese rol también?
No, no sé… lo que pasó con el BDAT fue una cosa contractual que no prosperó, y con Mañaneros, el canal decidió sacarme para potenciarme en otro proyecto en la conducción. Pero no, yo siento que puedo estar en cualquier lugar. Si tengo que ser panelista, productora periodística, editora, animadora, abrir el canal, cerrar el canal… a mí no me da ningún nervio estar en ninguna posición. La verdad es que no tengo ninguna complicación con el tema del ego, siento realmente que es un privilegio llevar tanto tiempo en la pantalla y seguir vigente, yo creo que eso es como un milagro. Somos pocos los que podemos decir que llevamos participando en televisión abierta durante tantos años, y además con tanto cariño de la gente.
A propósito de la gente, el público te recuerda mucho por “Cuestión de Peso”. Hoy los programas con un rol social no parecen tener cabida en televisión, ¿qué piensas al respecto?
Cuestión de Peso tuvo tres temporadas, le iba muy bien en sintonía pero era económicamente muy costoso, porque había una parafernalia muy grande que mantener. Siento que hay que darle una vuelta de tuerca al tema de los programas sociales, la gente quiere ver ese tipo de contenidos pero hoy en día se consumen muchísimo a través de los matinales. Pero si tú me dices a mí cuáles han sido los hitos más importantes en tu carrera como comunicadora, sin duda uno de ellos es haber estado a cargo de ese programa. Porque me permitió conectarme con esa esencia humana que yo siempre tenía en mi cabeza y con una enfermedad a la cual yo le tengo muchísimo respeto que es la obesidad, con la que me siento sumamente identificada, o sea, toda mi vida he tenido que luchar con los kilos demás, entonces era como estar en mi salsa. Fue un momento glorioso, muy potente, me dio muchas alegrías.