A poco de hacerse cargo de la dirección ejecutiva de Canal 13, ya se notó la mano de Javier Urrutia. El mismo que cuando estuvo al mando de La Red se vio obligado a “cortar grasa y músculo” y acabó con “Hora 07”, “Hora 20” y “Vigilantes” para “ajustar los presupuestos del canal a la realidad del mercado televisivo nacional”, tuvo que repetir la dosis en el otrora canal de angelito. La consecuencia más inmediata es el cierre el área de telerrealidad, responsable de históricos reality shows como “Protagonistas de la Fama”, “Protagonistas de la Música”, “La Granja” y “Mundos Opuestos” y de exitosos programas franjeados como “Mi Nombre Es” y “MasterChef”. Esto sí que es “cortar músculo”, pues significó desvincular a los realizadores de estos programas emblemáticos, muchos de ellos grandes profesionales.
Más allá de lo doloroso de la decisión, la racionalidad económica de las medidas de Urrutia resulta muy difícil de rebatir. Los tiempos no están para estelares fastuosos ni grandes inversiones, como los añorados “Martes 13” o “Viva el Lunes”. No vale la pena gastar plata con la que ya no se cuenta en pagar programas caros cuyo éxito no está garantizado si con el “vuelto del pan” de esa inversión se puede mandar a Federico Sánchez y Marcelo Comparini a viajar por Europa; o a Pancho Saavedra y a su “catador” a recorrer Chile; o se le puede habilitar un consultorio astrológico como set televisivo a Pedro Engel, obteniendo el mismo o mayor rating y hasta haciendo productos de mejor calidad y que aportan más. Ni pensar en los costos de producir una teleserie propia respecto a mandarla a hacer a una productora independiente como “La Chúcara” o de comprar una ya hecha y probada proveniente de Turquía o Brasil. En estos momentos, el único estelar que sobrevive es “Vértigo”, y solamente por la presencia de Yerko Puchento, y va a durar hasta que el personaje de Daniel Alcaíno se agote o desaparezca. Llama la atención que el indiscutiblemente exitoso “31 Minutos” no pueda tener nuevas temporadas en TV abierta si no cuentan con el apoyo de fondos estatales.
Es el signo de los tiempos. La TV abierta se ha transformado en una industria sumamente competitiva, cuyo mercado y torta publicitaria se han visto progresivamente reducidos por la aparición del Cable, las Redes Sociales, Internet y servicios como Netflix. La torta es cada vez más reducida, e incluso Mega, que se ha llevado la mayor porción de ella desde hace 4 años, se ha visto obligado a “apretarse el cinturón” reduciendo costos, cortando “Ahora Noticias Tarde” los fines de semana y despidiendo gente. En este estado de situación, resulta lógico que los ejecutivos jueguen “a la segura” y reduciendo al mínimo el riesgo.
Los que “la llevan” ahora son programas baratos y rendidores en rating, y eso todo el mundo parece tenerlo claro. De ahí se explica la sobredosis de teleseries turcas y de epopeyas bíblicas “made in Brasil”; el boom vintage marcado por “La Pequeña Casa en la Pradera”, recuentos que le sacan hasta la última gota de jugo a las glorias de antaño como “Homenaje Gigante”, “¿Qué dice el público?” y “Rejappening” o ese remake de “Mea Culpa” llamado “Irreversible”; canales grandes programando productos más propios de estaciones chicos o de cable como “Abrazar la Vida”; y docurrealities como “Lugares que Hablan”, “Contra Viento y Marea” y “City Tour On Tour”.
Muchos rostros han tenido que buscar opciones para generar ingresos adicionales y mantenerse vigentes, siendo una de las más notables la del autogestionado programa “MILF” de Claudia Conserva en UCV-TV. Llamativo resulta que los dos conductores del matinal de TVN, uno de los programas más importantes y supuestamente mejor pagados, tengan pegas televisivas alternativas: Cristián Sánchez conduce el programa vespertino “Nexos” en ESPN y María Luisa Godoy es rostro de los infomerciales de Falabella. También llama la atención que un rostro emblemático como José Miguel Viñuela recién pudo volver a la TV después de un buen tiempo de ostracismo y reemplazos.
¿Qué consecuencias puede traer este “apriete” de cinturón en Canal 13? ¿Lo barato saldrá caro? Por una parte, el fin de los noticiarios y “Vigilantes” le significó a La Red un durísimo golpe de calidad en su programación del cual todavía no se han recuperado del todo. Por otra, la calidad y el éxito televisivo no son directamente proporcionales a la inversión realizada. La historia de la TV chilena está plagada de fiascos carísimos como “Porque Hoy es Sábado” y “El Hormiguero”, y de programas de muy bajo presupuesto que terminan siendo fenómenos, como “Lugares que Hablan” y “City Tour”. Todo va a depender de la creatividad y del ojo de los realizadores.