Tras siete años en el matinal de Canal 13, la reconocido voz en off de programas como «El Último Pasajero» y «Rojo Fama Contrafama», regresó al canal estatal para participar de la nueva versión del espacio busca talentos que nació el 2002.
En entrevista exclusiva con Fotech.cl, Jaime Davagnino comentó lo que significa para él volver a la estación ubicada en Bellavista 0990, su opinión sobre el conductor del programa, Álvaro Escobar y los coaches, y lo que sintió cuando dejó «Bienvenidos».
Vuelves a TVN, ¿cómo te sientes regresar con «Rojo»?
¿Alguna vez te cambiaste de casa a un lugar y volviste a tu barrio a encontrarte con tus amigos? Eso es lo que me está pasando hoy día. Me fui por siete años y volver significa reencontrarme. Es un sentido de pertenencia que no tiene otra explicación que ésa. Sentir que vuelvo al barrio donde están los amigos, donde me vieron crecer, en el área dramática, el equipo de producción, hacer lo que siempre me gustó hacer, por lo tanto no es sólo volver al barrio, sino que jugar a lo que más me gustaba jugar: el «Rojo». Entonces, imagínate la sensación que yo tengo en este momento que es justamente de ponerme mi camiseta, mis pantalones, mis zapatillas y esperar que llegue luego el lunes para empezar con el «Rojo».
¿Qué opinas que hoy sea Álvaro Escobar el nuevo «Tío Conductor»?
Yo a Álvaro lo conozco hace mucho tiempo y lo quiero mucho, pero además esa característica y ese hecho de que sea Álvaro el conductor de un programa de talentos, me parece maravilloso. Álvaro es actor y además músico, entonces esos elementos tienen mucho que ver con lo que ocurre ahí. La sensibilidad, la forma de abordarlo, todo el aspecto lúdico que tiene Álvaro, más allá de su condición como animador, yo creo que le da el toque, que es súper bueno. Es una pieza importantísima en «Rojo».
Tú conociste a todos quienes pasaron por «Rojo», y las tres primeras generaciones fueron las más importantes, ¿qué opinas de los seis coaches?
Ellos tienen una difícil tarea, porque hay que entender que los que van a empezar en esta nueva temporada son jóvenes que no han tenido una preparación dentro de la televisión, y los coaches ahora sí lo saben porque llegaron en las mismas. Creo que es importante la función que ellos cumplen. Hoy, en un mundo donde existe el coacher, que es el entrenador para facilitar procesos, creo que es muy bueno que ellos estén porque eso ayuda al engranaje, son eslabones muy importantes para esta cadena de talentos para que tenga una línea dramática coherente, que sea algo de menos a más de manera fluida.
De los seis elegidos, ¿qué opinas?
Cualquiera que hubiese sido, hubiera estado bien, porque ellos tienen en la sangre la experiencia de lo que hoy están sintiendo estos jóvenes que se presentan, entonces la transmisión, el intercambio de experiencia, es fundamental. Me parece que los que fueron elegidos son muy buenos, Christián Ocaranza, la Icha, Leando Martínez, que además de toda su experiencia después de haber pasado por «Rojo», muchos hicieron academias, escuelas, han seguido trabajado, a lo mejor no están en los escenarios todo el tiempo cantando, pero están desarrollando la actividad, por lo tanto hay una experiencia, un valor agregado que me parece súper importante.
¿Qué se viene en este nuevo «Rojo»?
Yo creo que lo más importante es la adrenalina, que no es algo que tú lo vivas… Te puedes parar en un precipicio dos días distintos y vas a sentir lo mismo, esa adrenalina. Independientemente que estemos en la nueva temporada de «Rojo», creo que es lo que a todos nos gusta. A todos nos gusta sentir la sensación de lo nuevo, lo distinto, de esa pertenencia. Hay jóvenes que son de Santiago, de regiones, las familias, los amigos, las redes sociales, que juegan un rol más importante que antes. Ya no son solo los que están arriba del escenario, es la gente que también hace suyo este programa y participa a través de las redes apoyando, manifestando su punto de vista, su votación.
¿Crees que esta nueva edición va a lograr conquistar otra vez al público?
Yo creo que la gente está esperando esto. Hay una necesidad de la gente de ver en la pantalla algo entretenido, algo que genere ese vértigo de la emoción de la competencia. Hay que mirar hacia afuera y darse cuenta que todos los programas de cazatalentos tienen una efervescencia, y lo que nos faltaba acá en Chile era exactamente eso: un programa en la tarde, familiar, frangeado todos los días para recuperar ese público y darle a la gente esa expectativa que tuvo «Música Libre», «Rojo», y todos los programas de baile que ha tenido la televisión chilena.
¿Tú crees que sin tu voz hubiera funcionado el programa?
Yo sólo soy una voz en off, el programa lo hacen los participantes, el equipo.
Pero «Llegó el momento» y todas esas frases son parte de la esencia y mística del programa.
El color… Yo creo que juego en la tonalidad del programa, en la tonalidad que tiene que ver con el color, con la mixtura, con una onda, con un sello, y con una omnipresencia. Soy afortunado. Me siento muy agradecido, muy honrado, que TVN me hubiese invitado a este proyecto. Cuando lo supe no lo pensé mucho y aquí estoy, feliz.
¿Cómo fue dejar Canal 13 después de siete años?
Todas las despedidas son difíciles, aunque tengas propuestas que son más atractivas, porque dejas algo que también te enseñó, en el cual yo sentía que todos aportábamos. Hay cariño, afecto, una pertenencia… Son siete años de mi vida que yo dejé ahí y que la gente igual me lo reclama, de repente me escribe «Pero, ¿cómo? ¿por qué?». Está en mi corazón pero en la televisión, como en todos lados, uno aprende a poner duro el estómago y mirar hacia adelante, que es lo que estoy haciendo hoy día.