El periodista Iván Núñez no se percató de pequeñas señales que le mostraban que su vida estaba siendo replicada como en las películas “Mujer soltera busca” o “El Talentoso señor Ripley”, y que el antagonista de esta ficción era su entonces amigo, luego su peor pesadilla: Rafael Garay.
Cuenta en la entrevista que le concedió a la revista Sábado, de El Mercurio, que no sospechó del interés desmedido que el ex asesor tenía por los viajes que había hecho a lugares exóticos y poco conocidos durante su carrera como reportero. “Cuando recordaba estas historias, se detenía mucho en el qué, quién, cómo, cuándo y qué se yo. Después, revisando en internet, veo que él las contaba como propias, se las robaba por lo bajo (…) Y si hubiese sido acucioso me habría fijado en detalles… Una vez apareció con una corbata. Yo me dije: no es que se parezca a la mía, es la mía”, relata.
Dice que por ser amigos y luego del falso cáncer al cerebro de Garay, bajó la guardia. “Teníamos una relación de amistad. No me alegra lo que le ha pasado (…) pero el lugar y la situación que vive es lo que él cosechó”. Por eso reconoce que hoy le sobran los dedos de las manos para indicar a sus amigos.
Los 140 millones que el ingeniero comercial les robó a él y a su señora, cuando se vendía como asesor financiero, significaron una lección de vida para el periodista respecto de su relación con el dinero y la importancia que hay que darle a éste.
“Hicimos un programa maravilloso que lamentablemente mucha gente no vio (…) Estuve con José Mujica (el ex presidente de Uruguay), y cuando escuchas a un hombre de ese nivel, con su concepto de libertad, que asocia al viajar ligero, que tus pertenencias no sean más ligeras que tú para que puedas para que puedas partir sin complicaciones (…) Entonces entiendes que las cosas son un medio y yo no tengo ninguna fijación con el dinero. Solamente aspiro a tener lo necesario para darles a quienes amo, mi familia, mis cinco hijos, que no es poco. Por eso cuando pasó lo de la estafa fue dar vuelta la página, ya que cuento con una buena fuente de ingresos”, explica.
Una, y al menos la que percibía en Chilevisión, quedó estancada a fines de enero cuando fue desvinculado del canal. El comunicador justo había regresado de sus vacaciones cuando le fue informado el cese de su contrato. “No tengo ninguna crítica al hecho de que me hayan despedido. No hay nada irregular ahí y por eso no he ido a los matinales a hablar, ni hice declaraciones ese día, salvo confirmar la noticia porque tampoco me gustan los eufemismos de ‘no llegamos a acuerdo’. Me despidieron”, reconoce Núñez.
Pero en lo que no está de acuerdo es en las razones que le dieron respecto de esa decisión. “Primero me argumentan que no tienen espacio para mí en la parrilla. Y yo conduzco el noticiero de lunes a viernes, entonces espacio en la parrilla hay. Y lo segundo, que no pueden pagar mi sueldo porque es muy alto. Y yo no estaba negociando nada, nada… Tenía un contrato de planta que había firmado meses atrás con las cifras que el canal me ofreció (…) Además, si el tema es plata me podrían haber dicho que no podemos pagar este sueldo, pero negociemos otro… y no”, detalla.
El periodista tiene su propia teoría. “A mí no me echaron mi por flojo ni por malo, ni por descomprometido. Lo hicieron porque el canal tiene la atribución y el derecho de echar a las personas que estime conveniente”. Y en tal sentido, sospecha que el par de episodios que tuvo con ejecutivos del canal pudieron ser el detonante de su salida. Uno de ellos, un mal entendido respecto de su opinión sobre el primer cambio de horario del noticiario y por el cual recibió un llamado reclamándole por haber criticado al canal, y luego su posición respecto de la segunda variación de horario.
“Me quedaba la sensación de que había un manoseo muy grande al noticiario…la palabra no es muy linda, pero los noticiarios son un producto relevante dentro de un canal”. Un parecer que expresó en una reunión larga y complicada que tuvo en diciembre con los directivos. “Fui muy honesto, transparente y respetuoso (…) Pero fue una crítica y creo que fue un punto de cortocircuito final”.
Lamenta no haber podido despedirse al aire, pero al parecer podrá decir algo en otras pantallas. “Ya recibí algunas primeras señales que esto va a ser un proceso más bien breve”.