El implacable comentarista de farándula y espectáculos, Ítalo Passalacqua, mostró anoche su lado más vulnerable en “Más Vale Tarde”. Se emocionó hasta las lágrimas al leer una carta que Patricio, su pareja desde hace 34 años, le escribió en nombre de sus perritos. En ella le decían “papá”, cumpliendo así su sueño más anhelado.
“He sido muy feliz con Pato, nos fuimos a vivir juntos muy rápidamente después de un verano en el que nos conocimos. Nos costó mucho arrendar, porque cuando se daban cuenta de que éramos homosexuales, inventaban cualquier chiva para no arrendarnos”.
Y es que en su época no fue tan fácil asumir públicamente su condición sexual. Su madre le aconsejó que se casara con cualquier mujer “aunque fuera una prostituta”, para que la sociedad no lo condenara. Él le respondió: “Mamá, tu sabes que no puedo acostarme con alguien que no me produzca algo. Es más, que me de asco”. (Aclara que no por su oficio, sino por no gustarle las mujeres).
Aun así relató una antigua historia en la que a él y a un amigo le llevaron de “cortesía” a dos señoritas cuya “profesión no voy a decir”. Dice que la que le tocó a él le cayó muy bien y que pasaron la noche juntos. Agrega: “Nos levantamos a las 10 y tomamos desayuno juntos”. Le dijo que era gay, pero que si no le pasaran cosas con ella, no hubiese pasado nada.
Sobre el accidente que lo alejó del medio televisivo al que afirma extrañar expresó que no solo le daba miedo quedar postrado, sino que también quedar “tontito”, porque le habían dicho que el auto tenía airbag y no tenía, entonces se pegó tres veces en la cabeza.