La actriz, conocida en todo el mundo por su interpretación de la acontecida Bridget Jones, se presentó en una gala de premiación en Los Ángeles, sorprendiendo a todos con un nuevo rostro.
Todo parece indicar que Zellweger, de cuarenta y cinco años, se sometió a algunas operaciones estéticas que le quitaron sus ojos rasgados, su nariz redonda y sus tan característicos pómulos. Algunos opinan en Twitter que lo sucedido con ella es un verdadero «suicidio facial».
Diversos medios de prensa, además, aseguraron que la actriz aprovechó la ausencia de pantalla -su última película fue «My Own Love Song» en 2010- para realizarse un lifting y ponerse bótox en la frente.