Seguramente usted ha leído o visto alguna entrevista a un nuevo artista y hay una pregunta de los periodistas que siempre está presente. ¿Ya sabe cuál es? Haga memoria. Es fácil. «¿Cuáles son sus influencias musicales?».
Sin influencias sería demasiado difícil hacer música. Y es que es una cuestión de lógica: todos crecimos escuchando determinados artistas, y no por ser precisamente músicos, estos sujetos no hicieron lo mismo. De generación en generación, todos se fueron encantando con diversas composiciones, estilos, artistas, leyendas, y un sinfín de elementos más, que fueron incorporando a sí mismos en su camino al desarrollo artístico. Es que nuestros ídolos tienen también sus héroes propios.
¿Hace falta enumerar a las influencias más conocidas en la historia de la música? Es más que probable que quién esté leyendo esto pueda decir fácil diez leyendas que marcaron a generaciones de la música, todas conocidas. Yo no pienso redactar algo hablando de ellas, mucha tinta y tipeo se ha gastado para hacerles justicia. Hoy vengo a hablar de algunos músicos que marcaron identidades y que quizás no han tenido la misma difusión ante la masa, pero sí ante sus pares. Humildemente aquí expongo dos ejemplos no tan conocidos.
Alguna vez Brian Eno mencionó en una entrevista que consideraba que «The Velvet Underground» era una de las (si no, derechamente la más) grandes bandas que había influenciado la música, atreviéndose a citarla por sobre los Beatles, inclusive escribiendo en una simple libreta una frase que en el ambiente dio muchas vueltas durante las siguientes décadas: «Todos los que han crecido escuchado a los Velvet han terminado formando una banda». Su implicancia musical radica en un hecho concreto: ser revolucionarios para su época. Tanto en cada nota empleada, como su estética y temática. Eran un giro de lleno en todo lo que la música popular quería imponer como verdad para este arte, a la mierda los coros bonitos, las canciones simplonas, agradables y livianas de oír: «Nosotros también podemos hacer una canción pegándole a un tarro de basura».
¿Otro ejemplo? Kraftwerk. La música electrónica le debe toneladas a este grupo de alemanes estudiantes de música clásica. Inclusive hay leyendas que les deben demasiado: desde David Bowie en su etapa pop, pasando por New Order, Talking Heads, hasta Depeche Mode. Incluso la enorme camada de DJ’s Actuales. Y también, a bandas de terrenos opuestos: Radiohead los cita como gran inspiración, dándose la curiosidad de que cuándo vinieron a Chile quienes los telonearon fueron ellos, sus mentores, los originarios de Düsseldorf. Estos señores que en sus tiempos mozos se vestían con camisas que ahora serían un deleite para los que pasan pelando la moda eran capaces de crear paisajes sonoros combinados con melodías audibles. Fueron otro gran pilar vanguardista que a día de hoy sigue dejando huella.
Otra arista de éstas y muchas otras influencias a lo largo de los años es que han impulsado que durante décadas hayan salido camadas de artistas que quieren tener un sello propio a toda costa, cayendo a veces en la absoluta ridiculez en busca de algo tremendamente preciado en la actualidad: la originalidad. Hay ejemplos latentes: desde CocoRosie, el grupito de francesas con canciones llenas de ambientaciones sonoras, pasando por Die Antwoord, la extraña pareja de sudafricanos que rapean, a The Knife, el dueto sueco de electro pop experimental. Claro que hay bodrios dando vueltas: si se da el tiempo de buscar en youtube también encontrará cosas que derechamente son atentados sonoros.
A lo que quiero llegar con esto es simple, parte de la historia es conocer el pasado para comprender mejor el presente. La música no queda exenta de ello. Si usted disfruta de este hermoso arte, lo invito a hacer lo mismo que los historiadores. Averigüe quienes eran las influencias de sus ídolos, escuche, nútrase, no se pegue tanto rato a la radio, porque lo actual no es malo en lo absoluto, pero a veces mirar atrás hace bien, al menos en la música. No terminará siendo un ser docto, eso es derechamente imposible. ¿Quién puede decir que conoce a cada una de las bandas y artistas que ha dado la historia contemporánea? pero al menos (y vaya que será bonito) podrá saber que inspiró a sus artistas preferidos. Este arte pása las barreras generacionales y del tiempo, ésa es una de sus gracias. No siempre lo más conocido es lo más influyente, o lo más nuevo tiene de por sí mejor calidad. La música es una expresión tan abierta y con tantas posibilidades, que hay que ser obstinado y egoísta para aislarse a una sola corriente, porque ciertamente, en conocer está el poder de opinar y maravillarse. Abran la mente, nutran sus oídos.
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