El año pasado, el joven fue uno de los aspirantes a convertirse en la siguiente «voz» de Chile, en el programa de talentos de la estación de Paramount Global. En ese contexto, en estas últimas horas, el artista llamó la atención por un peculiar post.
Jhon Soto, quien abandonó la competencia de «The Voice Chile» tras perder una batalla contra Valeria Fernández y regresó a la competencia tras ganar «El Regreso», utilizó su cuenta de Instagram para hacer un particular descargo sobre un problema que muchas personas se enfrentan en el mundo del espectáculo.
«Increíble que el mundo artístico y televisivo en Latinoamérica y en este país sea tan brígidamente penca. Darte cuenta de que por más que te esfuerces, son contados con los dedos los que tienen el dinero suficiente para auto-pagarse la carrera y darse cuenta de que trabajar cantando en el metro es más factible y constante que estar en la televisión, ni hablar de ese mundo…», señaló.
Crítica a los programas de talentos
El cantante, que además de «The Voice» fue parte de «Rojo: El Color del Talento», aprovechó de lanzar varias indirectas para los programas de televisión. «Lucran hasta más no poder y no te pagan NADA, onda, pero es que ni la locomoción», manifestó, por una parte, mientras que, por otra, apuntó a que, como participantes, no tienen libertad de mostrar su talento cantando temas que ellos elijan.
«Te hacen cantar lo que a la señora le gusta en la casa, porque son tan cortos de mente y cultura que se cierran a darle espacios a voces diferentes, y por eso siguen mostrando y valorando las artistas que más alto gritan o el que canta ranchera», disparó.
Finalmente, Soto lamentó nuevamente que ésa sea la tónica en el mundo de las artes. «Artísticamente, es muy triste saber que tus posibilidades REALES de vivir y construir un futuro siguiendo el sueño de tu vida son casi imposibles para el mínimo común de nosotros», reflexionó. «Cantaré hasta que me muera, pero qué pena haber nacido en esta época donde vale más lo que ‘vende’ que lo que hace sentir…», sostuvo en la plataforma virtual.
De igual manera, en una siguiente Story apuntó a que dejar el país no es una opción. «Ojalá nunca le toque un hijo artista, y si le toca, me escribe y conversamos a ver si piensa aún lo mismo», sentenció para desmitificar el hecho de que los artistas callejeros fueran todos «delincuentes, drogos, flojos o resentidos sociales».
«Somos humanos persiguiendo nuestro sueño igual que todos los demás y si el arte callejero le parece un delito, yo lo llamaría a buscar desesperadamente espacios y oportunidades de trabajo donde no las hay», concluyó.
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