Una suerte de diario personal y terapia para exorcizar los malos tiempos es el nuevo disco de Camila Gallardo. Y tanto hay de ello que lo llamó “Anastasia”, como su segundo nombre.
El proyecto, el tercero de la intérprete, contiene 17 canciones en las que habla sobre su desconfianza y agotamiento ante las relaciones amorosas, historias de vulnerabilidad, además de reflexiones críticas sobre lo que es vivir en la sociedad actual.
“Fue un proceso súper largo, de mucho trabajo y descubrimiento. Me pasaron muchas cosas y junté tres años de mi vida en un disco, casi tres años de experiencias, donde en la mitad hubo una pandemia”, explicó Cami a El Mercurio.
Buscando sonidos propios y una propuesta novedosa, la cantante detalló al matutino que “todas las canciones cuentan una historia de mi vida. Hay muchas que las escribí ya habiendo superado esos procesos, pero las quería escribir igual porque necesitaba ese espíritu más teatral en el disco, y creo que es algo que se logró muy bien, lo pictórico y lo cinematográfico”.
Y tal vez matizado con lo polémico, dado que en los tres años de historia a los que la artista se refiere, su figura fue protagonista de diversas controversias, como su detención por realizar una reunión social sobrepasando el aforo permitido o su participación en una fiesta en Miami cuando en Chile las medidas sanitarias aún eran muy restrictivas. Y en este último tiempo, suma la exposición mediática que le ha significado su papel de coach en el programa “The Voice Chile”, tarea que algunos aplauden, pero otros critican ácidamente en las redes sociales.
“Ha habido épocas donde lo pasé muy mal, realmente muy mal. Intento ser lo más racional posible para no lastimarme y estar concentrada, porque al final todos son distractores y no quiero darle más poder a gente que no hace nada por mí versus mucha gente que sí hace mucho por mí”, explicó Cami, agregando que por causa de los hechos polémicos y todo el cuestionamiento que recibió, decidió alejarse de aquello que no le hacía bien en medio de su proceso creativo.
“Necesitaba estar total y completamente concentrada en mi disco y me alejé de todo el mundo. Borré todas las aplicaciones de mi teléfono y me encerré en el estudio a vomitar todo lo que tenía, a sanar”, detalló la intérprete sobre ese tiempo en el que, dice, fue como estar en un purgatorio.
Ante tanto comentario, amores y odios, la artista ofrece su nueva producción como un libro abierto: “Lo mejor que puedo hacer ahora es que mi música hable por mí”.