El grave efecto que la pandemia del coronavirus está provocando en la economía mundial tiene en la industria del entretenimiento a una de sus principales víctimas, con Hollywood experimentando una caída libre que ejecutivos, cineastas, agentes, publicistas, artistas y analistas califican de sin precedentes.
Variety, medio especializado en La Meca del cine, publicó un extenso reportaje al respecto donde se destaca que “nunca hubo una epidemia mundial que amenace tanto a tantas piezas centrales de los conglomerados de medios a un mismo tiempo. A medida que más personas se enferman con el virus, más consumidores probablemente se quedarán en casa, evitando los multicines, los teatros y los conciertos”, enfatiza el artículo. “Durante las crisis económicas anteriores, el consumo compartido de la cultura pop, ir al cine, ver un concierto, a menudo era visto como a prueba de recesiones. Ese no es el caso con COVID-19”, agrega.
De hecho, se estiman en unos US$ 2.150 millones las pérdidas por ingresos de taquilla sufridas por el negocio del cine desde el estallido de la enfermedad. Aparte, las acciones de los grandes conglomerados de medios están comenzando a hundirse; por ejemplo, en lo que va del año la cotización bursátil de Disney ha caído casi un 23% y la de ViacomCBS en más del 51%. Sin embargo, en medio del colapso del sector de los medios, las acciones de Netflix han subido un 12,5%, con seguridad porque en el corto plazo las personas recurrirán a servicios de streaming para ver películas y programas desde la seguridad de sus hogares.
Sin embargo, las compañías de streaming de todas formas enfrentarán dolores de cabeza en términos de producción de contenidos. La propia Netflix estaría evaluando suspender la filmación de series como ”Stranger Things”, mientras que Paramount debió reagendar la grabación de escenas de acción para «Misión: Imposible 7» en una locación de alto riesgo como lo es Italia. Las películas y series filmados en China, Corea del Sur y Hong Kong también han sufrido retrasos y la temporada 33 de «The Amazing Race» fue definitivamente suspendida.
Son medidas con consecuencias delicadas: cuando la producción se detiene o ralentiza, se ven perjudicados los miembros de los equipos técnicos, actores, guionistas y directores, cuyos ingresos regulares dependen de terminar un proyecto e integrarse a continuación en un próximo programa o filme.
Por otra parte, el público naturalmente está cada vez más reacio a pasar mucho tiempo en una sala de cine llena de gente y se estima que en las próximas semanas las recaudaciones por taquilla se derrumbarán. Así ocurrió en China, país de origen del COVID-19. «Ha sido un mal año para Hollywood en el mercado chino, y no va a mejorar mucho», comentó al respecto Stanley Rosen, experto en temas cinematográficos citado por Variety. El problema para los estudios es que cuando en los próximos meses pueda estrenar sus producciones en China, tendrán que competir con los éxitos de taquilla locales que también retrasaron sus lanzamientos, creando un cuello de botella en el segundo país que más espectadores lleva a las salas de cine en el mundo tras EE.UU.
Cabe recordar que la semana pasada se trasladó el estreno de la nueva película de James Bond «No Time to Die» de abril a noviembre, el de «Peter Rabbit 2: The Runaway» desde finales de marzo hasta agosto y el “Rápido y Furioso 9” de mayo próximo a abril de 2021.
Todas estas cancelaciones han dejado a los cineastas devastados, pero sin duda el golpe será más fuerte para todo el sector de la entretención en la medida que el virus provoque una pérdida generalizada de empleos, generando una disminución de los ingresos familiares y, consecuentemente, en el gasto en servicios de TV, streaming, entradas para teatro, cine y conciertos, dejando a todas las empresas de la industria al borde del colapso.