Prince fue un modelo de salud, que incluso despidió a los músicos de su banda que consumían drogas y, sin embargo, tuvo que recurrir a ellas por los dolores que sufría tras una operación de cadera.
Hoy, la familia del cantante -fallecido en 2016 y a los 57 años por una sobredosis accidental de fentanilo, un medicamento cien veces más fuerte que la heroína, que consumió en forma de Vicodín falso -, denunció a Michael Todd Schulenberg, médico que trató al artista por su adicción a los opiáceos y que presuntamente le proporcionó diversos medicamentos sin la receta adecuada poco antes de morir, de acuerdo a informaciones entregadas por la cadena ABC.
La semana pasada, los fiscales de Minessota, estado del que el artista era originario, concluyeron que no podían determinar quién entregó al músico los analgésicos que lo llevaron a la muerte, así como tampoco encontraron ninguna evidencia de que alguien quisiera matarlo. Ante tal declaración, los hermanos de Prince decidieron presentar una demanda por homicidio por negligencia contra el Trinity Medical Center de Illinois, lugar en el que el artista recibió tratamiento de emergencia en abril de 2016.
«Lo que le pasó a Prince está sucediendo a familias de todo Estados Unidos», afirmaron en un comunicado los abogados de la familia George Loucas y John Goetz.
«Con esta investigación, queremos arrojar luz sobre esta epidemia y cómo mejorar la lucha para salvar vidas. Si la muerte de Prince ayuda a salvar vidas, entonces no todo está perdido», dijeron.