Las redes sociales también se han transformado en ‘diarios de vida’ públicos, en los que se puede saber desde los ámbitos más generales de la existencia de sus autores, hasta detalles íntimos de su cotidianidad. Bien lo sabe la mediática abogada Helhue Sukni, famosa por defender a traficantes y delincuentes, fanática del oro y todo lo que brille, buena para el garabato, pero sobre, todo instagramer consagrada y editora de su propio ‘reality’.
“Todo partió cuando estaba trabajando en ‘No culpes a la noche’ y me fui a Punta Cana, el equipo me pidió que grabara videos de mi estadía allá. Le pedí a mi asistente que me ayudara y los hicimos. Algunos salieron. Cuando volví, le dije a la Marce (su nana) que me ayudara a grabar un video secándome el pelo para enseñarle a los cabros. Lo subí a mi Instagram y fue furor, a los cabros les encantó”, contó la penalista en entrevista con La Cuarta sobre sus inicios en el mundo digital.
Uno de sus tres teléfonos es su herramienta de trabajo en la elaboración de estos videos cotidianos; sencillos, pero divertidos, espontáneos y hasta inesperados. Cualquier persona la graba, dependiendo donde esté, porque no sabe subir historias. “Todas son improvisadas y me muestro tal cual soy. Quizás no le enseño cosas importantes a los cabros, pero me gusta que me escriban ‘me hiciste el día’ o lo que mucho que le gustaron mis videos”, reconoce Helhue divertida.
Deslenguada y siempre fiel al cigarrillo, no tiene ningún problema con lo que publica. “A mí no me da plancha; total, la vida es una sola. A mis hijas les da un poco, no salen mucho en mis videos. Además, con todo lo que ha pasado en Chile…”.
Como toda figura social, vive las mismas vicisitudes de la exposición pública. Le han hecho memes, que dice, le encantan, pero también recibe comentarios negativos. “No contesto esos mensajes mala onda. Me da risa porque a veces se pelean entre ellos”, reconoce.
Tampoco faltan los emprendedores que la invitan a promocionar sus productos a cambio de ofertas y regalos. Helhue prefiere el bajo perfil. “Mi función en Instagram es hacer reír, que mis seguidores la pasen bien”, explica la abogada, segura de que es su nueva misión en la vida.