Con el sabor de “Can’t Speak French” aún fresco, llega el quinto álbum de las Girls Aloud, bajo la premisa de nuevos sonidos y un guiño a décadas pasadas.
Como el mejor de los guiones escrito para un grupo nacido en un show de talentos, 19 singles Top Ten en UK nos confirman que las Girls Aloud han conquistado el nicho pop británico y sí, son un fenómeno de masas, que incluye en su lista de fans a los Arctic Monkeys, Chris Martin, Liam Gallagher, y los chicos de Franz Ferdinand entre otros. Y en el peak de su popularidad, resulta ciertamente decepcionante ver que todo el terreno ganado hace un año con Tangled Up, irguiéndose a niveles sonoros más interesantes de los que se esperaría de un grupo elaborado, sumado a la premisa de la reinvención y el guiño a décadas pasadas, termine siendo un disperso, monótono y débil trabajo. Out Of Control (a.k.a. OOC) sufre más por lo que pudo ser que por lo que es; son tal vez las expectativas que despierta las que perjudican. Pero dejando de lado el prejuicio, lo que queda es pura inconsistencia.
Miremos el vaso lleno por un rato. Girls Aloud, trabajando nuevamente con la casa productora Xenomania, ha conseguido un reciclaje en su sonido, llevándolo a recrear plácidas atmósferas sesenteras y armoniosos pasajes ochentenos. Hay que consignar que el grupo nunca ha sido demasiado (re)inventivo. Así, la deliciosa “The Promise” recoge lo más confortable del estilo Phil Spector y el mid tempo coral a lo The Supremes. La llamada por muchos “Call the Shots 2” es “The Loving Kind”, co-escrita por los Pet Shop Boys, el punto más alto del disco. Más allá de ser un single instantáneo, es una preciosa canción electro pop que habla acerca de lo que sientes cuando alguien no está seguro de que tú eres el indicado, y tú quisieras ser ese amor. Afirmar que es el mejor corte del disco desmedra inmediatamente a OOC, porque con los Pet Shop Boys y todo, “Call the Shots” es mucho mejor. ¿O será el volumen de mi estéreo? “Love is the Key” es otro sugestivo y efervescente momento, que clama por un cover firmado por The Fratellis o el grupo dos guitarras de moda en Britania.
Pasamos por cortes destacables como “Turn 2 Stone” que es más Pet Shop Boys que “The Loving Kind”, y podría sonar colada en cualquier fiesta de los 80s. “Untouchable”, un logrado electro dance con tintes a Ibiza de casi siete minutos de duración. El festivo drum’n’bass de “Live in the Country” que agrada pero no convence, y “Miss You Bow Wow” que es más energía y entrega que otra cosa.
Pero la gran deuda comienza en la segunda mitad del disco. Desde la complacencia de canciones tan conservadoras como “Love is Pain” y “We Wanna Party”, hasta la incapacidad para procesar influencias y plasmarlas en buenas canciones: El caso de “Fix me Up” y el insufrible experimento reggae-pop de “Revolution In The Head”. Rápidamente llegamos a la conclusión de que OOC es un álbum con demasiados altibajos como para tomárselo en serio.
Hay dos cosas innegables en OOC y en la discografía de las Girls Aloud. Primero, el quinteto es tan melódico y sofisticado que seguro termina convenciendo al más duro de los renegados pop; Segundo, las chicas funcionan como reloj suizo produciendo adictivos singles, pero siempre han quedado al debe al momento de hacer buenos discos. Sí, con algo de generosidad podríamos decir que Tangled Up es un buen álbum en su completitud. El pop es melodía y estilo, algo que las Girls Aloud han sabido manipular con inteligencia. Pero el pop es también audacia. Y en OOC hay más buenas intenciones de innovar, que resultados exitosos.