El ingeniero comercial Gino Lorenzini está en la palestra. Su empresa de asesorías financieras “Felices y Forrados” está sufriendo una importante persecución por parte de las autoridades financieras debido a que sus asesorías previsionales estarían generando mucho “ruido” en el sistema.
El miércoles 25 de Noviembre, en una jugadísima transmisión vía streaming que logró una notable audiencia de 50.000 personas entre todas las plataformas, Gino y sus boys denunciaron un escándalo de supuestas triangulaciones de dineros de los fondos de las AFP que involucraría al mismísimo Presidente Piñera.
El desprestigio del sistema previsional, y la bien ganada fama del Primer Mandatario de especulador bursátil, al que no le gusta perder y con una predilección a jugar “al filo del reglamento”, situación por la que llegó a recibir sanciones por uso de información privilegiada, le han dado credibilidad mediática a las denuncias mucho antes de entrar al fondo de ellas. Desde entonces, “Felices y Forrados” y su líder han estado en la mira de los medios.
Al día siguiente de la denuncia, Lorenzini y el diputado Renato Garín estaban invitados a “Mentiras Verdaderas” para exponer más detalles acerca de la acusación. Sin embargo, poco antes del inicio de la transmisión, bajaron a Garín, por lo que Lorenzini optó por cancelar su participación en solidaridad con él. La explicación dada por su conductor, Eduardo Fuentes (el intento de traer otro invitado en busca de un supuesto “equilibrio editorial”) resultó pobre y poco creíble. El domingo siguiente, en el programa “Pauta Libre”, se realizó una accidentada entrevista a Lorenzini plagada de retrasos e interrupciones, donde el ingeniero comercial reclamó porque no le dejaban mostrar su material y terminó acusando al panel de periodistas de “hacerle una encerrona”.
Llama la atención la torpe y errática forma en que La Red abordó este asunto. Claramente les quemó las manos y no supieron cómo reaccionar. Teniendo de director a Víctor Gutiérrez y como rostros a Mónica González y Alejandra Matus, periodistas acostumbrados a investigar rigurosamente al poder y a no amilanarse ante sus ataques, hubiera esperado un mejor manejo. Lo del “equilibrio editorial” suena a excusa mala, pues ha dado sobradas muestras de ello. En sus programas se le ha dado espacio a políticos de derecha como José Antonio Kast, y hasta le dieron espacio a un ícono comunicacional del mundo conservador como Checho Hirane para hacer “Café Cargado”.
Las acusaciones tienen detractores potentes que cuestionan sus métodos, pero también tanto partidarios igualmente potentes, como el citado Renato Garín y el abogado Mauricio Daza, que han explicado el tema de las triangulaciones incluso mejor que el propio Lorenzini. En lo comunicacional, llama la atención la cantidad de streamings que han realizado en estos últimos días. Además, en su canal de YouTube no solamente se habla de economía, finanzas y actualidad, sino que además hay material de temas como salud, fitness y hasta se le da espacio al máximo ícono de la difusión de las pseudociencias en Chile, Juan Andrés Salfate, para que hable de conspiraciones. Además, Lorenzini ha sabido sacar provecho de sus notables habilidades comunicacionales para mantener a la opinión pública pendiente de sus pasos. Uno se pregunta si sus declaraciones rompiendo en llanto del streaming de las triangulaciones son verídicas o parte de una estrategia comunicacional.
Todo esto tiene mucho tufillo a culto evangélico o empresa de marketing de nivel tipo Amway. Algunos integrantes y seguidores de “Felices y Forrados” tienen actitudes propias de una secta, como criticar violentamente a quienes cuestionan sus afirmaciones aunque sea en forma razonable. Después de la entrevista en “Pauta Libre”, muchos acólitos de Lorenzini trataron insólitamente de “vendidas a las AFP” a Mónica González y Alejandra Matus, dos periodistas reconocidas por su rigor profesional, por haber realizado investigaciones y hasta escrito libros revelando las inequidades del sistema previsional y que en esa entrevista solamente hicieron su trabajo de preguntar lo que les parecía relevante.
“Felices y Forrados” es un claro ejemplo de cómo un grupo totalmente outsider con una inteligente y audaz estrategia es capaz de hacer ruido comunicacional y generar efectos en el sistema. Tiraron toda la carne a la parrilla con el tema de las triangulaciones, y de lo que pase con esto depende en gran medida el destino de Gino Lorenzini y su emprendimiento.