La participante de «El Discípulo del Chef» conversó con el podcast «Con La Ayuda de mis Amikas», donde se refirió a cómo ha abordado la salud mental en sus redes sociales y entrevistas, luego de que hace unos meses estuviera internada en una clínica psiquiátrica.
Fue en esta instancia que Karen Bejarano compartió una profunda reflexión sobre esta temática y como le han llovido críticas por promoverla.
«Darle voz a una problemática que ha estado silenciada por tanto tiempo siempre va a tener costos. Siempre va a haber gente que va a tratar de ensuciar una lucha que no solo yo estoy tratando de dar, sino que mucha gente hace mucho tiempo», afirmó.
Aún así, reconoció que «yo sabía que iba a haber gente que iba a tratar de empañarlo con ‘Esta galla quiere pantalla’, ‘Quiere que la inviten a programas’, ‘Quiere ganar lucas’, ‘Está llamando la atención’… Prefiero decir la verdad sobre la problemática que existe en la salud mental todavía. En Chile todavía no estamos acostumbrados a hablar de estos temas, se trata la salud mental por encima, así como ‘estás estresado’».
Bejarano reveló que «durante muchos años estuve con una depresión que para el resto de la gente podría haber pasado perfectamente desapercibida», y que esto viene «por un trauma de la infancia, que yo traté de minimizar toda mi vida como algo que me había pasado nomás. Y no es que me había pasado nomás, me marcó y lo guardé durante mucho tiempo y me hizo mucho daño en muchos niveles».
Fue aquí donde la ex «Mekano» confesó que «yo sufrí abuso, abuso sexual, y no recibí el apoyo. Lo hablé muy grande. Y al revés de sentirme acompañada en ese minuto, fue como ‘ahora no hay que hablar nada, ahora hay que quedarse callada’».
«Me metieron más miedo y fue peor para mí… Me pasó que todo el miedo que tuve toda mi vida de hablar del tema, cuando lo hablé se hizo realidad», añadió.
Por otro lado, Karen Bejarano confidenció que sentía que debía contarle a su esposo, Juan Pedro Verdier, lo ocurrido porque «no le estaba diciendo la verdad sobre mi vida. Yo tampoco me estaba diciendo la verdad sobre mi vida a mí misma… Y un día colapsé».
«Me vino una crisis de pánico, empecé a decir todas las cosas, porque me vino de la guata, del alma, exploté. Se enteró mi hijo de la peor forma, porque no era ni la forma ni el minuto en que me hubiese gustado que él se enterara. Y ahí me internaron», cerró.