Tras su paso por «Tranquilo Papá», el actor vuelve al protagónico en el bloque vespertino con «Isla Paraíso» donde, además, se reencontrará con Paola Volpato. En esta entrevista ahonda respecto a su personaje y las características que lo distinguen de los roles que ha interpretado últimamente. Además, aborda la cohesión que han logrado como equipo y cómo eso se verá reflejado en pantalla.
Francisco, cuéntame sobre tu personaje en “Isla Paraíso”, ¿serás el malo de la teleserie?
Sí, soy como el malo pero que tiene un corazón muy grande aunque bastante congelado, que claramente parece misógino, no machista, pero que según avanza la historia uno va entendiéndolo. Se plantea este ser solitario y huraño que vive en esta isla en donde no vive ninguna mujer, y llega este bus lleno de mujeres, en que el cura le juega una muy mala pasada, le desorganiza todo su universo perfecto y esta monja empieza a crear ciertos conflictos personales, donde se ve obligado a convivir con ella, pero él va a insistir, o tratar hasta el cansancio, que esto se acabe lo más rápido posible. Pero claro, es un hombre, más que temido, tremendamente respetado y que tiene ciertas escenas de violencia, pero no es tan malo.
También tiene una historia atrás que tiene que ver con la pérdida de su mujer…
Claro, tiene este desencuentro de esta historia amorosa de muchos años, su mujer lo abandona, lo deja con este crío (Nicolás Oyarzún), entonces si uno lo mira con perspectiva, cuando se profundice el tema, que se sepa qué fue lo que realmente pasó, lo van a entender. Debe haber sido algo lo suficientemente duro como para ser así.
Óscar, al fin y al cabo siento yo, es un ser de bastantes blancos y negros, no tiene muchos matices, especialmente con los temas afectivos, o te quiero o te odio, entonces frente a eso pintó a todas las mujeres un poco de su mujer. Todas de alguna forma representan el tremendo dolor que sintió hace muchos años y que no tiene ningún interés en volver a repetir. Cuando uno comienza a escarbar en eso, hay una cierta justificación, quizás injustificada o desmedida, pero uno alcanza a entender por qué no quiere relacionarse y es porque básicamente desconfía profundamente de ellas (las mujeres).
Me llamó la atención cuando vi los nombre de quienes conformarían el elenco, que es bien pequeño. ¿Cómo es trabajar en una teleserie con pocos personajes?
Es bueno, implica que hay más pega porque somos pocos, comparados con los elencos de las teleseries que hicimos antes en las que había 40 o 45 personas, ahora somos menos de 20.
Igual de un tiempo a esta parte los elencos son evidentemente más reducidos y eso implica que hay harta pega, por ende no existen los grandes protagonistas, ya que todas las historias están bastante entrelazadas y en esta isla también pasa mucho eso, estamos todos con los mismos temas y se potencian las historias secundarias. Creo que eso le da mucho valor al relato de la historia, que todas sean grandes protagonistas es muy bueno para que se haga más llevadera, más atractiva y pasen muchas cosas, todos nos hacemos cargo un poco de eso.
A nivel personal también es bueno, porque uno está más cerca y eso genera una camaradería, que yo creo que es fundamental para el buen funcionamiento de las teleseries, que el equipo esté afiatado, que esté sintonizado ayuda mucho a que las cosas funcionen porque eso se traspasa bastante a las escenas. Es lo que me pasa bastante con la Pao (Volpato) y con Andrés (Velasco), que nos toca mucho trabajar juntos y como nos conocemos hace tantos años, tenemos mucha vida fuera de cámara, eso nos ayuda a potenciarnos, por la confianza, el respeto, la complicidad. Yo soy un convencido de que es importante generar buenos equipos de trabajo, es tan importante como la historia en si.
Es verdad, yo también siento que los elencos traspasan la pantalla la buena onda que hay en ellos y viceversa.
Sí, es verdad, porque esto es un trabajo de equipo y cuando existe esa camaradería y confianza también genera que cada uno en su trabajo está relajado, se siente con la libertad de probar y crear. Por otro lado, si estás sintonizado, tu atención no está solo en ti sino que uno está al servicio de contar una historia, no de lucirte como actor, el tema de los egos, especialmente en esta pega, es bastante power, entonces no sirve el individuo que quiere brillar con luces propias. Este es un equipo y hay que funcionar como tal. Por ejemplo, todos los ejercicios que haces en la escuela, los típicos de uno echarse para atrás y que tus compañeros te reciban, eso es… saber que existe otra persona que te va a ayudar, que está contigo, que quiere que tú te luzcas y así en el mutuo, eso funciona mucho mejor y, sinceramente, en este equipo yo lo he sentido y hace tiempo no lo sentía. Yo no los conocía a todos pero nos llevamos súper bien.
A ti te ha tocado rotar harto por los elencos.
Yo aquí me he sentido cómodo, ahora igual me siento un poco el viejo y es raro. Recuerdo cuando recién estaba empezando y veía a todos los grandes, me emocionaba al trabajar con Lucho Alarcón, con Pepe Sosa, Óscar Hernández… Pasar a ser como un poco la punta de lanza, sintiéndome igual de perdido e inseguro para estos cabros jóvenes, ha sido encantador, es súper bonito el nivel del confianza y el humor que tienen todos ellos, son muy simpáticos, a mí me encantan.
¿Sientes que los nuevos actores te ven como un ejemplo?
Sí, pero yo no tengo la sensación de que soy como un referente o de que estoy enseñándoles. Sin duda uno tiene más horas de vuelo y esto funciona como oficio, hay una experticia en esto mismo. Por ejemplo, para mí esto de estar viajando no es tanta novedad, esto de venir, grabar, las locaciones, la lluvia, la camioneta, la parafernalia que se genera, el vestuario y todo eso. Hay un periodo de ajuste que es importante, recuerdo que en las primeras reuniones yo decía que hay un periodo en el que vamos a tener que aprender y vamos a tener mucha tolerancia en eso. Uno tiene que aportar desde ahí, no de la soberbia, por lo mismo que te decía antes, esto es un trabajo en equipo, el personaje joven que tiene un rol “secundario” tiene momentos en que él es el protagonista de la escena y eso es, no hay que creerse el cuento que uno es más importante porque sale tu nombre primero, es una tontera.
Acá hay un feedback, ellos vienen con una energía distinta, con métodos e imaginarios distintos, con estímulos diferentes, con un lenguaje de redes sociales que yo las manejo pero mucho menos que ellos, ese feedback es súper importante que exista y eso mismo sirve para potenciar. Yo aporto mis horas de vuelo, pero ellos aportan con una frescura y una visión, como una escena desde un lugar que a mí no se me hubiese ocurrido y ahí uno debe estar abierto a escuchar. Acá vuelve a tomar protagonismo esto de que somos un equipo, que somos iguales y que estamos todos en pos de contar una historia. Tenemos exactamente la misma responsabilidad cuando estamos en una escena, uno puede tener más escenas o textos que otros, pero todos estamos en las mismas.
Me cuentas que no eres muy asiduo a las redes sociales por ende no sabes lo que se pueda estar comentando de tu personaje en ellas…
Yo no tengo Facebook ni Twitter de partida, tengo un Instagram que cuando partió lo bajé porque pensé que era una cosa de fotos, siempre me han gustado las fotos y eso, pero no subo fotos, no tengo marcas, no me gusta.
Además tampoco me gusta mucho leer las críticas, ni las buenas ni las malas, me gusta más la opinión de alguien cercano. Las críticas no son para uno, son más bien para el público, a quien sigue un crítico y lo comenta. Las redes sociales son una carnicería de la cual no me gusta formar parte porque me hace mucho daño, no me gusta. Incluso todos los comentarios que son positivos no son buenos ya que te hinchan el ego equivocadamente, porque no es que lo hagas increíble y te transformes en el mejor actor del mundo, el que para mi gusto no existe, sino que hay profesionales que hacen buenos papeles, a veces, pero eso no te transforma en el mejor. Por eso pienso que las opiniones son nocivas, porque la buenas te pueden confundir y las malas porque te hacen daño. A mí no me sirven de nada, prefiero preguntarle la opinión a alguien directamente más que la cosa pública.
Con toda tu experiencia, ¿cómo crees que le irá a esta teleserie?
Tengo la sensación, porque uno no tiene la fórmula, pero cuando empieza a armarse este puzzle, un poco de todo lo que hemos hablado, donde sientes frescura y sincronía, especialmente en el equipo, sin pensar cómo técnicamente podrían pensar los ejecutivos de arriba, lo que uno ve como actor y como te decía que con la onda que hay aquí, siento que hay un tremendo hándicap, algo está pasando que está bueno, eso ha generado una confianza en la que he visto que el trabajo de todos está agarrando un pequeño universo realmente notable.
Por otro lado todo este esfuerzo, este escenario, ese pueblo, ese barro, esa lluvia, también genera una energía que está dando vuelta, que ha ido aportando a cada una de estas piezas y que las cosas están confluyendo positivamente, entonces me está dando muchísima confianza, como la sensación de estar trabajando en algo que puede terminar siendo un gran elemento.
Finalmente, en este proceso del fenómeno dramático falta el último actante, de todos los actores, que es el público, es la última pieza, y el punto es que éste tiene que calzar en este puzzle que le vamos a presentar, pero yo creo que se están dando todas las señales para que esto funcione.