La farándula tiene muchos detractores que piensan que las polémicas que vemos en los programas que se dedican a este tema, son falsos. Pues bien, en este caso Francisco Kaminski tiene harto que contar después de la gran revelación que entregó en el programa de Enzo Corsi, el que se emite por la radio online PonRadio.com.
En los tiempos que el actual marido de Carla Jara trabajaba para el programa «Mira Quien Habla», de Mega, el reportero llegó un día sin pauta frente al editor periodístico, por lo que decidió mentirle. «Le digo ‘siéntate’. Me conseguí la dirección, porque en ese tiempo estaba la Marlen Olivari con Roberto Dueñas peleados a mango y ocupando todas las páginas. Le digo ‘me conseguí la dirección de Marlen Olivari. Voy a hacer un móvil desde su casa’. Bueno, me compra altiro y me dice ‘abrimos contigo’», afirmó, en declaraciones recogidas por el portal Glamorama.
Kaminski junto a un camarógrafo y el operador del móvil, quienes se convirtieron en sus cómplices, se dirigieron a la calle Escrivá de Balaguer, en la comuna de Las Condes. Ahí detalló que se puso a buscar una casa que estuviera deshabitada. «Voy ahí, compadre, y salgo al aire. ‘Hola. Aquí estamos, muchachos, en la noticia’, abriendo el programa y mintiéndole a toda la gente poh”, contó.
“No, yo tranquilo… Y yo, ‘estamos aquí en la noticia, nadie se ha enterado. Marlen Olivari, en cualquier momento, sale a conversar con nosotros’. Y vamos tocando el timbre, compadre, diciendo ‘¡Marlen!, ¡Marlen!’. Y yo entrevistando para alargar, porque nos estaba yendo bien. Sigue, sigue, sigue. Me fui a tocar el timbre de la vecina. ‘¿Usted ha escuchado pelear a la Marlen con Roberto Dueñas?’. Y la vieja no entendía de quién le estábamos hablando. Y yo le sacaba el micrófono para que no dijera que no. ‘Ya, y vamos a conversar con otra señora’, porque uno siempre es rápido”, agregó.
Fue ahí cuando comenzó a gritar el nombre de la ex musa de Kike Morandé a la que supuestamente era su casa, cuando ocurrió algo que el periodista no esperaba. «La señora yo creo que estaba adentro de la casa viendo el programa. Y me pasó algo mágico, porque yo dije ‘¡Marlen!, ¡Marlen! Si no quieres salir, sacanos una toalla blanca por la ventana», dijo y que «yo le pedía, le decía, ‘si estás bien con Roberto, danos la mano’. Y la señora hacía así (hace un gesto de saludo) con la mano ¡Eso no lo supo nadie!”.