En un show donde compartía escenario con dos monstruos de la música pop, Natalia Valdebenito se robó la película con una performance histórica.
Obertura: Gran duelo de muñecos “vudús” entre Luis Jara (explotando su fama de egocéntrico) y Alejandro Sanz. Un acertazo lo de los gags de inicio.
Conductores: Por tercer año consecutivo Carola de Moras celebró su cumpleaños con el monstruo cantándole el “happy birthday”. Rafa vestido como garzón, y un frondoso ramo de flores. Gran complicidad con Alejandro Sanz, un delicioso relajo en la entrega de premios con Natalia y buena onda a raudales con Lucho.
Alejandro Sanz: Partió saliendo desde el público, con sus músicos tocando como batucada y haciendo el “ceacheí” a cada rato. Sanz nunca ha sido gran intérprete vocal, pero sus canciones son tan buenas que su voz de cantaor flamenco con enfisema pulmonar se le perdona. Como ha sido la constante en este festival, estuvo arropado por una gran banda, compuesta de guapísimas cantantes e instrumentistas. La morena que cantó a dúo tenía un vozarrón de miedo. Se ganó las dos gaviotas en medio del fervor del público y el entusiasmo de calcetinera de Carola de Moras. De los duetos con las tres invitadas, lejos el mejor fue el de la sensual y guapa Paty Cantú. Ana Torroja, al igual que anoche, exhibió sus bellas piernas y su voz desgastada. Lo de Javiera Mena y “Corazón Partío” es tema aparte: tímida, nerviosa, parca, incómoda, desafinada y olvidándose de la letra. Hizo ver a Sanz como buen cantante, y eso es mucho decir. Una gran oportunidad perdida y un notorio paso en falso, que le hizo acreedora de críticas demoledoras, cargadas de mala leche, chaqueteo y homofobia, a través de las redes sociales. Un gran toque de alerta para el sábado, pero no es para fusilarla. Si Meruane va a tener una nueva opción después de su desastre del 2011, creo que hay que darle la oportunidad a Javiera.
Natalia Valdebenito: DE-MO-LE-DO-RA!!! Un espectáculo total. Desde los lejanos tiempos de la Cuatro Dientes que una comediante mujer no domaba al monstruo. Y Natalia no solo lo domó, sino que se montó sobre él y le hizo el Kamasutra completo. Una rutina asertiva hasta el infinito y bien construida de principio a fin. Tuvo lo que le faltó a Edo Caroe: el manejo de los tiempos. Su oficio en el escenario es sorprendente, ganado por su carrete en teatros y escenarios dentro y fuera de Chile. Aunque no omitió la contingencia política y habló de ella con propiedad, el fuerte de su rutina fue sobre las mujeres, los hombres, la cotidianeidad y las relaciones humanas. Nunca en Chile se vio a una comediante femenina hablar de sexualidad de manera tan suelta, desprejuiciada y con tanto desparpajo en un espectáculo masivo (quizás Vanessa Miller quiso hacer eso en su momento, pero aún no estábamos preparados). Lo suyo junto a lo de Caroe el otro día se inscribe dentro de lo que llamo “humorismo pebre”: picante, cargado al garabato y con mucho doble sentido, pero con mensaje, profundidad, trasfondo y hasta ideología. Entre medio de la sarta de graciosas barbaridades que dijo, nos regaló un bien pensado discurso feminista, con frases como «a nosotras nos enseñaron a ser señoritas pero a ustedes no les enseñaron a no violarnos». Después de ganar la Gaviota de Plata, tuvo dos gestos de grandeza: dedicársela a las comediantes mujeres que la antecedieron en la Quinta (Maitén Monetegro, Gloria Benavides, Natalia Cuevas y Vanessa Miller); y pedir que la dejaran ganarse la de oro en el escenario, lo cual por cierto logró. Y si hubiera existido otro premio superior, de seguro se lo gana. En este momento en Via X se están dando puñaladas por haberla echado, al igual que en La Red con respecto a Caroe. Hay que decirlo: superó la altísima vara dejada por Edo el lunes, y se la dejó bien difícil a su “amigui” Pedro Ruminot, que actúa en la cuarta jornada. Un show memorable, inolvidable y que marcará un gran precedente.
Luis Jara: Una puesta en escena digna de un artista de nivel internacional, sin nada que envidiar a Sanz, Solís, Montaner ni Ramazotti. A sus 50 años, Luchito se está revelando como todo un amo y señor de los escenarios. Maneja al público como quiere. Se da el lujo de cantar en inglés, echar la talla, reírse a destajo de sí mismo (lo que desmiente el mito de su egocentrismo), hacer versiones tipo crooner de sus primeros temas y hasta de autoentregarse las dos Gaviotas. Su actuación hace pensar que sería una gran alternativa como animador del evento en un futuro.
Competencia: Las mismas canciones del primer día. En el folklore mejoró la chacarera argentina, pero creo que no tiene opción. En lo internacional, lo mejor Alexander Acha de México. Aunque canta parecido a su papá Emmanuel, se nota que tiene luces propias.