Una fomísima obertura fue la encargada de abrir la noche. Una bailarina de ballet bajó del “cielo” con una luminosa vara a ser entregada al un loco director de orquesta. Mientras rondaba sobre el escenario, las pantallas mostraban notas musicales y buenos efectos digitales, acompañados de fuego y humo. Pero todo aburrido, esperando a que surgiera algo más entretenido. Mal que mal, era la última noche de la 50ª versión del Festival Internacional de la Canción de Viña Del Mar. Luego de esto, Felipe Camiroaga besó cariñosamente a Soledad Onetto. Fue similar al beso de la noche anterior, cerca de los labios y por la zona del mentón. Extrañamente se hizo un resumen de las noches anteriores, cosa que antes no se había visto.
El trío chileno “Natalino” cantó los pocos éxitos que tiene, un par de canciones ene-ene y un viejo tema: “De amor ya no se muere”, de Gianni Bella. Luego de interpretar su más conocido single “Desde que te vi”, por el que se hicieron conocidos en España al musicalizar escenas de la recordada teleserie “Machos”, recibieron la antorcha de plata y online casino reviews oro. Y ya para cerrar su corto show (terminó pasadas online casino canada las 23:00 hrs.) repitieron “Ángel del pasado” y la canción que los hizo conocidos. Esta última parte fue una especie de karaoke, donde el público coreó completamente ambos temas. Y sería… No se les podía pedir más.
Se presentaron las canciones finalistas de la competencia internacional, de la que se conocerían los resultados minutos más tarde: “Ayer te vi” representando a Argentina, “Mi alma entre tus manos” por Perú y “Dilo de una vez” representando a Costa Rica. Insisto en que esta última canción, a mí gusto, debería ganar. Es la más “oreja” de las tres.
El ganador a mejor intérprete resultó ser: Guillermo Fernández, representante de Argentina por el tema “Soy tu ángel”, quien se llevó premio en dinero junto a la gaviota de plata y la lira de oro. Bien ganado. Tenía la tremenda voz. Y la canción de oro fue: “Ayer te vi”, también de Argentina. Los premios fueron los mismos que para el intérprete. Era muy probable que ganara esta canción, ya que contaba con el respaldo de su autor, Víctor Heredia. A pesar de todo, sigo prefiriendo el tema de Costa Rica.
Llegaba el último artista de la noche, y por ende de este Festival: Marc Anthony. Lejos, pero lejos, el más exitoso de todos los que estuvieron en Viña este año. El “monstruo” lo amó. Cantó y bailó en todo momento. Coreó hasta los temas que no son tan radiales. Y él se emocionó por todo lo que estaba viviendo. Hasta besó el piso. La Quinta Vergara tuvo su verdadera fiesta. Farkas bailó con la alcaldesa. Catherine Fulop le regaló un peluche. Una niña fue la afortunada de bailar con Marc en el escenario. En definitiva fue un show demasiado completo. Tuvo de todo. Sólo faltó Jennifer López para que interpretaran juntos “No me ames”. Una lástima. Desde un comienzo era sabido que se llevaría las antorchas y la gaviota, pero no que le darían todo tan rápido. El público gritó por la gaviota de oro, pero ya no existe. En todo caso podrían haber accedido a darle una lira de oro, por último. Sin duda, un buenísimo cierre para este festival, que, al igual que la primera noche, fue de menos a más.