Revisemos la última noche de Festival…
Animadores: Vestidos de galas, con una Eva Gómez que parecía princesa. Se dieron el último piquito. La opción que tomaron ambos de darse piquitos a pesar de ser casados es válida (y tener a sus cónyuges en la platea las seis noches, que en todo caso tenían clara la película). Sin embargo, resulta respetable la decisión de Soledad Onetto de no darse piquitos con Camiroaga como señal de respeto a su afortunado marido. Al menos Rafa tuvo una noche tranquila donde nadie le echó la culpa de nada. Se merecía que los Viking 5 lo invitaran a cantar “Boquita de Caramelo”, pues fue el «fusible» de este festival. A Eva no le llegó ningún palo.
Alejandro Sanz: El compadre de Iván Zamorano llegó con varios kilos de más, y mostrando lo habitual en él: buenas canciones, carisma y humildad sobre el escenario, gran banda (multicultural, virtuosa y que se da el lujo de hacer un guiño a AC/DC)… y una voz apenas reguleque, más gastada que la de la ex-directora de la ONEMI.. Las canciones de Sanz sonarían fantásticas en la voz de un buen cantante. Recuerdo que, en su primera vez en el festival, David Bisbal cantó un tema de Sanz y le salió mucho mejor que el original. Invitó a Noel Schajris a hacer un dueto, y el ex Sin Bandera cantó mejor que él. Actuación sólida y completa, con un público enfervorizado. Merecido el Tetra pack. Gran actuación, de lo mejor del evento, al mismo nivel de Chayanne, pero no más que Roberto Carlos.
Noel Schajris: Suena bastante bien. Tiene voz y toca muy bien el piano. Su carrera solista está recién partiendo, por lo que no resultó extraño que basara su show en el repertorio de Sin Bandera. No tiene porqué abandonarlo, pues es parte de su historia, pero necesita crear un repertorio fuerte en solitario. Es un cheque a fecha. Apuesto a que en dos o tres años más lo tendremos de vuelta con un show de más de una hora. Sacó dos antorchas. Dejó un más que buen sabor de boca.
Cumbre musical Vikings 5 + Villa Cariño: Desafiantes los de Villa Cariño. Atacando a Pascua Lama y la Central Castilla, y aforrándole el medio palo a Américo por el tema de los premios. Musicalmente me gusta más Juana Fé. Los Viking 5 en lo suyo, echando mano a sus clásicos y entusiasmando al público y hasta a los animadores con su música de matrimonio y año nuevo. Los coquimbanos se llevaron doble antorcha, premio merecido por su trayectoria. Al parecer, este año se acabó la dictadura del reggaetón. El año pasado Don Omar y Tito el Bambino tuvieron un paso discreto por la Quinta. El 2011, Calle 13 proclamó a los cuatro vientos y demostró en el escenario que ellos “eran música y no reggaetón” y Pitbull demostró ser más un entretenedor de discoteca mezclador de estilos que un reaggetonero “químicamente puro”. Al parecer, la cumbia (tanto la clásica como la nueva) va a tomar su lugar. Significativo el respeto de los grupos nuevos por los clásicos. Un alegre cierre de fiesta a horas del primer aniversario del 27-F, algo que matiza y provee salud mental al recuerdo de la tragedia. Cerraron ambos grupos tocando “Llegó la Banda”.
Competencias: Ganaron los que tenían que ganar. Canadá en la internacional y Chile en el Folklore. La diferencia con las otras canciones fue demasiado evidente en las calificaciones dadas por el jurado. Sierra Noble (¡que lindo nombre!) y Valentina Quiroga tendrían que haber cantado ebrias y desnudas el viernes para perder el premio. Las circunstancias (aplazamiento de la premiación folklórica, aniversario del 27-F) impidieron que cantaran sus temas según la tradición festivalera.